Luis Alfonso Albarracín Palomino
alfonso519@gmail.com
En el momento de escribir el presente escrito para mi columna semanal a través de este prestigioso medio de comunicación, no se habían iniciado las votaciones en Colombia, excepto en el exterior que, desde el lunes anterior, los colombianos residentes en el extranjero estaban sufragando para elegir al nuevo presidente de los colombianos. Estuve revisando cada una de las propuestas económicas de los candidatos a la presidencia de la República, sin apasionamientos y siendo muy objetivo, puedo inferir de manera respetuosa con todos los electores, que son muy superficiales las iniciativas que vendieron al constituyente primario para conquistar sus preferencias electorales. Los problemas sociales y económicos que presenta la sociedad colombiana son muy profundas y graves, que están generando un avance progresivo del deterioro de vida de las familias colombianas. Por tal motivo, para grandes problemas hay necesidad de implementar soluciones estructurales de alto impacto para contrarrestar el avance de la pobreza.
Hay que reconocer que los dos candidatos Gustavo Petro Urrego y Rodolfo Hernández Suárez son bien intencionados; el que haya ganado, debe emprender sus accionar gubernamental para que sea coherente con las verdaderas carencias que posee el pueblo colombiano. Éste debe aislarse de la ideología barata que caracterizó el proceso electoral. Se necesitan consensos y unificar esfuerzos con toda la clase política del país. No se puede discriminar a ningún actor, porque se corre el riesgo de generar antagonismos y confrontaciones absurdas que en nada benefician la política económica del gobierno entrante.
Actualmente el escenario internacional presenta grandes nubarrones económicos y políticos que pueden echar al traste las iniciativas que se vayan a desarrollar en los próximos cuatro años. Estamos soportando una escalada alcista de todos los bienes y servicios en nuestro país y en el mundo. La Reserva Federal (Banco central de los Estados Unidos) y la de todos los bancos Centrales en los otros países del mundo, están tomando la decisión de subir las tasas de interés (incluido Colombia: 6%), para controlar la inflación; ha sido ineficaz dicha política, porque son factores externos que jalonan el alza de los precios y no el consumo interno. Considero equivocada esta decisión del Banco de la República.
Con este endurecimiento de la política monetaria, se puede afectar la recuperación económica que se ha mantenido y que se refleja en los indicadores positivos que ha emitido el Dane. Y ahora viene la amenaza de la quinta ola de la pandemia del Covid, de acuerdo la tendencia creciente de los contagios provocados por este mortal virus y que puede colocar en serios aprietos al sistema sanitario colombiano.
A esto hay que agregarle, la guerra provocada por la invasión rusa a Ucrania, que va a completar 120 días y no se vislumbra en el corto tiempo su terminación. Con ello los mercados globales han reaccionado dramáticamente a la baja. Y, como si fuera poco, el precio del petróleo Brent, sigue manteniendo un precio superior a los 113 dólares el barril. Para las familias colombianas, va a ser terrible el aumento del costo del galón de gasolina, como lo ha anunciado el actual gobierno del presidente Iván Duque Márquez a partir del próximo mes.
El alza de los precios en la principal economía del mundo, al igual que en Colombia, está enrareciendo los beneficios de la reactivación para los hogares y las empresas. De hecho, hay un deterioro tanto de la confianza de los consumidores como de las perspectivas de los negocios y los CEO norteamericanos con respecto a los próximos meses. Así lo expresan algunos expertos de opinión. Un freno de mano en la dinámica económica en EE. UU., principal socio comercial colombiano, afectará el tren global de la reactivación. Inclusive ya se está anunciando la llegada de hambrunas a los países tercermundistas para el próximo año. Me disculpan mis lectores. Aunque mis afectos son por el candidato Rodolfo Hernández Suárez, soy consciente que ninguno de dos candidatos profundizó sobre estos temas en sus diferentes disertaciones. El equipo económico del nuevo presidente de los colombianos que haya sido elegido debe tener en cuenta éstas y otras variables internacionales que van a afectar necesariamente su accionar gubernamental.