Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
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Estamos a 6 días de llevarse a cabo la primera vuelta presidencial, donde las diferentes campañas empiezan a estructurar sus logísticas para afrontar el día electoral, que les permita ganar la presidencia de la República, o en su defecto tener la disponibilidad de pasar a la segunda vuelta. El desarrollo de esta campaña presidencial ha estado marcado por un tsunami de encuestas y por una guerra sucia que nunca se había visto en la historia del país. Se ha buscado a toda costa posicionar a determinado candidato. Pero la sociedad colombiana está hastiada de los hechos que buscan desviar la atención del constituyente primario. Pero dichos objetivos insanos, no han podido permear la mentalidad de los electores. Hoy en día existe una madurez democrática y en parte se han superado los aciagos momentos que ha vivido Colombia en otrora.
Actualmente las personas, ya tienen definido el candidato por el cual van a sufragar. No vale que algunos mercaderes de la política, les hablen mal o bien de sus preferencias. Pierden el tiempo lanzando ofensas y generando mensajes contra sus adversarios. Con ello demuestran su mediocridad y su falta de madurez democrática. Hay que respetar el pensamiento del contrario. Eso no les da el derecho de maltratar y atacar con epítetos ofensivos a sus contradictores.
Aunque las encuestas toman la temperatura del momento previo a las contiendas electorales, pero también pueden ejercer una fuerte presión psicológica sobre el electorado, especialmente en los indecisos. Hay algunas que son prefabricadas, tendenciosas, producto de una campaña sucia; otras, intentan ser objetivas. ¿Cómo distinguirlas? Los electores deben tener la suficiente madurez intelectual para escoger al mejor candidato presidencial. Ya sea en campaña o durante la gestión gubernamental, las encuestas políticas deben verse con lupa. Los números y porcentajes que arrojan, antes y durante unas elecciones, requieren ponerse en contexto y analizarse profundamente. Si bien no se requiere un diploma de estadística, hay ciertos aspectos que todos debemos conocer antes de abordar este tipo de instrumentos como tema principal o como apoyo para alguna argumentación.
Lo que si podemos afirmar es que nuestro departamento puede verse favorecido en caso de que obtenga el triunfo Fico Andrés Gutiérrez Zuluaga con su fórmula vicepresidencial, el médico huilense Rodrigo Armando Lara Sánchez. De manera fraternal, deseo expresarle a todos los huilenses, que esta es una oportunidad de lujo, que desde hace muchas décadas no las tenía el departamento. Siempre por la falta de liderazgos en la región, hemos venido siendo relegados a un segundo plano de la toma de decisiones a nivel gubernamental desde el nivel central. Un hombre callado, probo, honesto, pero visionario, tiene la oportunidad de llegar al segundo cargo administrativo y político del país: Ser vicepresidente de Colombia. Es un paisano nuestro que nos honraría con esta designación.
El desarrollo de su campaña la ha desarrollado con lujo de detalles. Ha despertado admiración y respeto en todas las grandes manifestaciones que ha venido desarrollando en las principales ciudades del país. Ha contribuido a fortalecer este binomio que puede dar una sorpresa a toda la opinión pública. Vamos a tener vicepresidente huilense. Lara está para grandes cosas.
