Durante la presente semana, los huilenses venimos experimentando una oleada de calor, que supera los 40 grados centígrados y que tienen a la capital del departamento del Huila, junto con Santa Marta como las ciudades que presentan las más altas temperaturas. Sus efectos a la dinámica económica generan un impacto a la economía regional de grandes dimensiones. El sector agropecuario sale muy afectado porque se van a presentar sequías en algunas zonas del país y, por ende, son susceptibles a presentar déficit hídrico. Y por ende impacta al empleo rural y a los ingresos de los hogares. Hay necesidad de buscar cultivos con poca demanda de agua. Igualmente, tenemos consecuencias secundarias como un aumento de las enfermedades tropicales como el dengue o la leishmaniasis y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
Asimismo, también se observa un incremento de los incendios forestales asociado a la sequía, que afectan la calidad del aire, con implicaciones en la incidencia de enfermedades pulmonares y cardiorrespiratorias, asma y alergias, entre otras. La venta de abanicos se ha incrementado para refrescar los ambientes en sus viviendas. Podemos seguir enumerando otros factores desestabilizantes para el bienestar general de las familias. Paralelo a lo anterior, se prevén que los costos de la energía se incrementarán por el aumento de los dispositivos para atenuar las altas temperaturas.
Por el alto impacto que pueden tener todos los anteriores efectos, algunos expertos advierten que se deben tomar medidas tempranas. Para mitigar un poco esas condiciones, es indispensable ahorrar agua en los embalses para producir energía y los hogares en los usos cotidianos. Los cambios de temperatura asociados a episodios relacionados con el fenómeno del Niño en Colombia suelen estar entre 1 o 2 grados por encima de la media.
Diariamente la humanidad está siendo afectada por el cambio climático. Es importante dejar claro que esta crisis ambiental no se puede evitar. Podemos reducir sus efectos y adaptarnos a sus consecuencias, es decir, podemos combatirla mediante la aplicación de medidas a pequeña y gran escala que ayuden a frenar esta transformación. Estas acciones se conocen como medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Algunos informes emanados de la comunidad científica han concluido que la capa de ozono, cuyo agotamiento produjo una movilización global hace 30 años para rescatarla, se está recuperando y podría volver a su volumen normal en las próximas décadas.
Pero desafortunadamente, las transformaciones climáticas son generados por causas naturales. La ola de calor que se ha iniciado en algunas regiones del país ha alertado a toda la sociedad colombiana. Se ha iniciado el fenómeno el niño, que es provocado por los procesos de enfriamiento de las aguas de los océanos que rodean el continente americano, y, por ende, el territorio colombiano no se sustrae de estos cambios climáticos.
