Álvaro Hernando Cardona González
Continuando con los comentarios de la semana pasada, con base en el artículo de Jorge Iván Hurtado Mora, Moratorias ambientales para superar en el nuevo Gobierno, publicado en Ámbito Jurídico, sobre los aspectos ambientales que el actual gobierno debe enfrentar, decimos que:
3. Efectivamente, luego de revisada la política pública sectorial, debe venir con ella la revisión de los instrumentos de acción ambiental. El primero, el de la normatividad.
Estamos de acuerdo con que pese al esfuerzo que se hizo con la compilación del Decreto 1076 del 2015, la legislación sectorial necesita revisarse y codificarse. El Código Nacional de los Recursos Naturales debe modernizarse; y el Decreto Único Reglamentario, debe ser re-ordenado para ser más sistémico. Importante que estas revisiones normativas recojan los deberes ambientales que ya la Constitución Política señala (arts. 8 y 95 num. 8)
4. Hay que sincerar los problemas en los usos del territorio. ¿Cómo así que bienes baldíos no adjudicables, con importancia ambiental, permiten usos? Necesitamos tener valor institucional para defender a ultranza los bienes con alto valor ambiental: páramos, glaciares, parques nacionales, santuarios de flora y fauna y áreas estratégicas de conservación.
5. Luego de todo lo anterior, entonces sí va ser necesario que los contenidos del Sistema Nacional Ambiental (Sina), sean atemperados con las nuevas políticas y regulaciones. Proponemos eliminar las diferencias entre corporaciones autónomas y las de desarrollo sostenible, trasparentar las elecciones de los miembros del Concejo Directivo y del Director General (más requisitos y más experiencia), que tengan prelación las acciones para legalizar los usos de todos los recursos naturales sobre el proceso sancionatorio e incluir mecanismos que esto lo faciliten por ejemplo el de costos de trámites ambientales).
Este atemperamiento supone también el de las entidades transversales a las ambientales: especialmente con Agencia Nacional de Minería y Agencia nacional de Hidrocarburos, cuya responsabilidad ambiental prácticamente descansa en las entidades ambientales. Debe haber claridad sobre qué áreas se permiten la explotación de hidrocarburos y la minería (que en su mayoría, dejen de decir pendejadas, no se puede sustituir). Por supuesto igual con los institutos de investigación e información ambiental.
6. Más financiamiento. Urge un fortalecimiento científico y tecnológico de las instituciones ambientales. La tecnología sirve para vigilar mejor el territorio con sus recursos y el ambiente natural, pero también para la mejor y más informada toma de decisiones. También se necesita profesionalizar y especializar aún más a todo los funcionarios del Sina. Partamos de que el ambiente es el mayor tesoro nacional.
