Diario del Huila

Pescadores artesanales se preparan para la Semana Santa

Mar 25, 2023

Diario del Huila Inicio 5 Neiva 5 Pescadores artesanales se preparan para la Semana Santa

Hace un poco más de un mes llegó la subienda, la mejor en 20 años, según pescadores del río Magdalena, esto les garantiza que habrá una gran variedad de peces que permitirán una gran oferta para la próxima Semana Santa.  Sin embargo, no es como en otros tiempos, debido a la difícil situación económica que viven muchos colombianos. 

Los pescadores del río Magdalena están viviendo su mejor momento en más de dos décadas decían las informaciones en varios medios nacionales, a mediados de febrero de este año se inició una de las mejores subiendas en más de dos décadas, lo que a muchos les hace pensar que habrá una buena oferta de pescado para la próxima Semana Santa.

Diario del Huila, visitó a los pescadores artesanales, que están agremiados en dos asociaciones y que sacan sus productos en el sector del llamado Puerto Caracolí en el Malecón del río Magdalena de la ciudad de Neiva. 

Al llegar se nota que hay buena oferta de pescado, el mismo está más barato que la carne, pero no se ven muchos compradores. Esperan que con la Semana Santa por costumbre y porque llega mucho turista, la demanda aumente. 

 Los pescadores coincidieron en que hay abundancia y se avecina una mejora en sus condiciones económicas, o al menos eso es lo que esperan, así como el comercio espera temporadas como la navideña o la escolar, ellos esperan la Semana Santa, para tener una buena venta y poder reservar algunos recursos para la época de vacas flacas. 

Los pescadores

El  primero en contar sus vivencias y los proyectos de cara a la Semana Mayor, fue Fernando Gómez, líder de la Asociación de pescadores artesanales del Huila, un hombre menudo y jovial  quien junto a la venta de pescado cuenta de sus vivencias como pescador y vendedor. 

“Se viene Semana Santa y solo nos asalta una inquietud y es que el río está grandísimo como lo puede ver y si sigue lloviendo y se mantiene así nos va a perjudicar. Esperamos que baje el río y poder tener una buena venta en esta temporada tradicional”, dijo.

Gonzalo Sanchez, repara su atarraya como una de sus labores correspondientes al oficio. 

Aunque ha habido subienda en Honda, mucho de ese pescado lo han dejado perder, porque ya no es negocio ir hasta ese puerto en el Tolima. Incluso llega algo del bocachico que usted ve aquí es de lo que han podido sacar allá”, manifestó. 

Lo que si aseveró es que está más barato comer pescado que la carne, por ejemplo, siete bocachicos medianos con los que podrían comer los integrantes de una familia numerosa, cuesta unos $20.000 pesos, mientras que eso mismo vale una libra de carne y no alcanza para todos.

Algo distinto sucede con el bocachico mediano o grande que si está mas caro, puede estar por los $15.000 pesos la libra, por lo que escasea más.

Una jornada de pesca y la venta

La pesca se programa el día anterior, con salida tipo tres de la tarde, se paga una camioneta que lo lleva al sitio elegido, “por ejemplo cerca a las compuertas de la Represa de Betania, a veces se van hasta la zona de máquinas y comienza a bajar por el río hasta el otro día para llegar por ahí tipo seis o siete de la mañana”.

Hay días en los que llegan hasta medio día del día siguiente, saben a qué horas salen, pero no hay seguridad sobre la hora de llegada, el producido puede ser de unos $150.000 pesos para dos pescadores, que sacando los gastos, se quedan por ahí con $45.000 pesos cada uno. 

Fernando en algunas oportunidades les compra a sus compañeros la pesca y con esa venta se puede ganar unos $30.000 a $40.000 pesos. Además, ofrece mojarra roja y negra que la traen de Betania, puede venderla entre $6.000 la libra de roja y $5.500 la negra.

El relevo generacional

En la parte seria como asociación de pescadores, que reúnen entre las dos que existen y trabajan unidos, unos 30 pescadores, les preocupa que ya no es como en el caso de ellos que en su mayoría le heredaron el oficio a los abuelos y sus padres. Los hijos de esta generación que está entre los 40 y 60 años de edad o un poco más ya piensan en otras actividades para la vida.

“El pescador artesanal tiende a extinguirse, somos muy pocos, además existe la reventa, por lo que la pesca como negocio va perdiendo el atractivo y por eso vamos quedando unos pocos”, agregó

Diario del Huila, aprovechó a este hombre curtido por las experiencias en el río para preguntar por la subienda en Honda, Tolima, tradicional y de mucho renombre en Colombia. 

“ Ya no es negocio ir a Honda porque para ir a coger por ahí puro nicurito y bocachico pequeñito, porque el pescado grande se pierde, en mi caso la última vez que fui, fue hace unos diez años, ahora no vale la pena”, agregó. 

Hernando es de los que vive cerca a la orilla del río, en el sector del Caracolí, por lo que en ocasiones se “rancha” dos o tres días a la orilla del río para traer su propia pesca, arte que le aprendió a Delfín Borrero, ya desaparecido, fue el que lo llevó por primera vez.

Cuando el río se pone grande como ahora se pone la situación difícil para los pescadores, por lo que toca realizar otros trabajos como ayudante de construcción o comprar para vender, “toca rebuscarse, porque hay que sobrevivir”, argumentó. 

Lo más difícil en las jornadas de pesca es cuando se les voltea la canoa y se les ahoga todo, se pierde todo, “pero lo importante es que no le pase nada a uno, lo material se recupera, pero la vida no”, dijo.

Elkin Cubillos es pescador artesanal hace 35 años.

Reparar la atarraya otra labor del pescador

Mientras repara su atarraya, Gonzalo Sanchez, de 43 años de edad, de los que ha dedicado 35 a la pesca, comenzó siendo un niño, su papá se lo llevaba y así aprendió, se quedó y vive de esto, contó como ha sido toda una vida en el oficio de la pesca. 

 “Esto sirve como para solventarse uno y para los gastos de la familia, pero ya no se puede pensar en hacer fortuna con este trabajo, para salir adelante es difícil, se hace lo de los gastos, la comida, pero para lo otro no alcanza”, argumentó.   

Mientras arreglaba su atarraya, rasgada por los palos, las piedras y otros materiales que arrastra el Magdalena, contó sobre los oficios y desgastes del pescador.

“Este es uno de los desgastes de uno como pescador, reparar la atarraya, porque se gasta mucha vista y tiempo, lo distinto es cuando la gente viene y pide que se le fabrique una para su trabajo o Hobby, también se le realiza y el costo depende de la calidad del nylon que requiera y el tamaño”, comentó, Gonzalo. 

Gonzalo, invitó a los neivanos a consumir el pescado de este río sin temor, tras afirmar que como va la situación, sale más económico consumir pescado que carne, “usted hoy día puede conseguir dos o tres bocachicos por $10.000 pesos y una libra de carne ronda los $20.000, está saliendo más rentable comer pescado que carne”, insistió. 

Finalmente se sumó a lo comentado por otros pescadores de que si el río sigue así de crecido y hondo la abundancia que esperan para Semana Santa se va a ver afectada. “Todos, tanto el revendedor como el pescador espera que haya una buena venta para fortalecer la economía familiar”, cerró. 

En el recorrido por el puerto del pescador en la avenida circunvalar de Neiva en el Malecón del río Magdalena, son varios los pescadores que se dan cita allí para compartir sus experiencias e intercambiar sus productos. La venta diaria es una obligación para mantener el negocio activo. 

Elkin Cubillos Ramírez, es un hombre espigado, curtido por el oficio, que está frente a su puesto de venta de pescado que atiende junto a su hija.

“Soy pescador artesanal, oficio que le aprendí a mi papá y ahora con 44 años, 35 de ellos dedicados a las labores propias de la pesca, atiendo con mi hija que estudia ingeniería civil, pero no le da pena vender pescado, gracias a Dios y con los productos del río, les he podido dar estudio a mis hijos», relató. 

Ofrece bocachico Magdalena, lo llama así por ser del río, mojarra roja de la represa de Betania, capaz también del río Magdalena y bagre amarillo traído del Caquetá.

Su día laboral comienza a las cuatro de la mañana cuando se viene para el punto de venta en donde está hasta la uno o cuatro de la tarde. La rutina cambia cuando se va a pescar. 

“Salgo a pescar, ese es mi arte, normalmente cuando salgo a pescar lo planeo con un día de antelación y al otro salgo a vender, también vendo producto del que traen los compañeros, así cada dos o tres días”, indicó.

Frente a lo que esperan para la Semana Santa, Elkin sostuvo que la verdad siempre espera la Semana Santa “porque es el tiempo de uno, este año hasta ahora parece que va a estar dura la venta, la gente, no está comprando y eso que el pescado no está caro, todo depende cómo esté el bolsillo de cada quien”, dijo.

“invitamos a toda la comunidad neivana para que venga y nos colabore, el pescado que vendemos es de excelente calidad, estamos en un sitio turístico, les entregamos la información sobre donde cogemos el pescado, porque conocemos y sabemos de eso. Además, según quiera el cliente se le entrega arreglado y hasta salpreso o adobado”, concluyó.

En la zona del monumento al pescador se encuentran los artesanales.

Está claro que pescado hay y en abundancia, pero la subienda económica para los pescadores dependerá de que el río baje, porque entre más bajo esté, mejor será la pesca para los artesanales que llevan toda una vida conviviendo y aprendiendo del río grande de la Magdalena, ese que otros llaman el “río de la Patria”

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?