Lamentable la situación presentada en el Batallón de Infantería de Marina ubicada en el sector de El Cove, en San Andrés, cuando un soldado disparó contra un grupo de sus compañeros, asesinando a tres de sus compañeros, y luego se suicidó. Estos hechos ocurrieron en la mañana del sábado 25 de diciembre pasado. De acuerdo con las indagaciones preliminares de la guarnición militar, han expresado que el asesino habría presentado algunos trastornos emocionales recientemente.
Lo anterior es muy preocupante, que estos hechos se sigan presentando en las guarniciones militares del país. Igualmente, el presidente Iván Duque lamentó el hecho a través de su cuenta en Twitter, tras señalar que “nos duele profundamente lo sucedido al interior de las instalaciones del Comando de la Armada de Colombia en la isla de San Andrés, donde 4 héroes perdieron la vida”. Por ahora, hay que esperar los resultados de la autopsia y las investigaciones respectivas, con el fin de determinar las causas que ocasionaron este fatal desenlace que enluta a cuatro familias del país. Hay que determinar si hubo ingesta de alcohol u otra sustancia que pudiera incentivar el hecho.
Es importante que se revisen y se adopten medidas estrictas en los diferentes protocolos y evaluaciones que se realizan para la incorporación de los jóvenes que entran a prestar el servicio militar en esa institución. Consideramos que se deben revisar la rigurosidad de los procesos de verificación multidisciplinaria en las áreas de ontología, medicina y psicología, de todo el personal que ingresen a prestar el servicio en las Fuerzas Militares de Colombia. No se pueden volver a presentar estos sucesos trágicos. Lamentablemente, uno de los soldados asesinados era de Neiva. Se trata del neivano Juan Sebastián Criollo Tapiero, hijo de una distinguida familia que espera que sus restos lleguen a la ciudad, para darle su sepultura.
Si los resultados de las investigaciones lo determinan, se reafirma la tesis de que el país necesita con urgencia adoptar medidas para prevenir y atender los crecientes problemas de salud mental que amenazan con convertirse de acuerdo con los expertos, en la próxima pandemia. Así de inquietante es la situación que ya desde antes del Covid, se presentan rezagos importantes en este tema, tanto que la última encuesta de salud mental realizada por el Ministerio de Salud reveló que al menos el 10 por ciento de la población registraba alguna alteración que requería tratamiento. Pero se deja claro que hay esperanzas si se actúa con celeridad, certezas y con las herramientas que están descritas, entre las cuales no tienen cabida la atomización de acciones y la no priorización de esta situación. Es, sin duda, un tema prioritario y vital que la sociedad necesita.
