DIARIO DEL HUILA, INFORME
Por: Rolando Monje Gómez
Todos en algún momento hemos escuchado hablar del préstamo ‘gota a gota’ o también llamado ‘pagadiario’, y seguramente ha pensado en solicitar uno. Antes de tomar esta decisión, es muy importante que sepa qué son estos préstamos y cómo pueden afectar sus finanzas y su tranquilidad.
Fabio* nació en Teruel y desde hace diez años lleva viviendo en Neiva. Durante estos años la situación económica no ha sido fácil, pues el trabajo escasea por tiempos, por lo que ha tenido que recurrir a las empresas de préstamos informales, más conocidas como ‘gota a gota’ en la ciudad. Con ellos ha llegado a tener deudas de hasta cinco millones al tiempo, con varios ‘proveedores’, pagando cuotas diarias de hasta 200 mil pesos, para cubrir estos créditos informales.
El caso de Fabio no es el único, ni será el último, y su historia no es ajena a la realidad de muchas familias neivanas y colombianas que han tenido que soportado amenazas y preocupaciones, solo por solucionar rápidamente una necesidad, el arriendo, el mercado, los servicios, un negocio, una calamidad, las que no dan espera.
Fabio se disculpa diciendo que la costumbre de acudir a este tipo de préstamos viene de familia. Cuando su madre murió, estaba pagando con su pensión a un ‘gota a gota’ y su hermana, se ‘empeñó’ cuando tuvo dificultades de salud que la obligaron a endeudarse con más de $30 millones.
El hombre, de unos 55 años, afirma que en estos diez años en la capital del Huila ha perdido cuatro negocios que ha intentado arrancar, por cuenta de estos préstamos. “Son un negocio turbio, casi invisible que a veces se vuelve violento. Los ‘gota a gota’ están por todas partes, no solo en Neiva, en todo Colombia”, dice.
Y es que ellos aparecen como ‘ángeles caídos del cielo’. Solo es que tengan una necesidad y ellos llegan para salvarle. “Le dicen que no se preocupe, que el dinero que necesite se lo dan de inmediato. Solo verifican que tenga una garantía para responder; un puesto de venta, un carro, un televisor. Piden referencias personales o familiares, que en muchos casos heredan la deuda si a uno le llega a pasar algo. Le prestan el dinero con intereses del 15 %, el 20 % y hasta el 60 %”, explicó Fabio* al indicar que las reglas del negocio no quedan muy claras desde el principio. “Todo comienza como un camino de rosas y luego se ven las espinas”, afirma.
Los ‘gota a gota’ por lo general, tienen tres modalidades para cobrar su dinero: diario, semanal o quincenal, y desde los primeros días del préstamo ya comienzan a ejercer presión sobre sus clientes. Si se atrasan les cobran interés sobre el interés.
“Llegué a pagar hasta dos millones de pesos por un préstamos de $900 mil y si uno se ‘cuelga’ comienzan las amenazas: ‘Sabemos dónde estudian sus hijos, donde labora su esposa, ¿va a pagar?’ Y ahí es cuando uno comete el peor de los errores: Para pagarle a un ‘gota a gota’, acudir a otro ‘gota a gota’”, relató el hombre que ha llegado a deberle a cinco de estos ‘banqueros’ al mismo tiempo.
“Era muy angustiante saber que yo dejaba a mi esposa en la casa y llegaban los cobradores a insultarla y amenazarla mientras yo estaba en otro lado buscando otro ‘gota a gota’. Uno llega a tal desespero que termina creando ‘redes de apoyo’, si se le puede llamar así. Una pariente que tenía un puesto de arepas en el norte, cuando no tenía para pagar me pedía a mí, y cuando yo no tenía, ella me prestaba. Una vez llegaron al negocio a cobrarle y como no tenía modo, le tiraron todas las arepas al piso”, comentó.
Sin embargo, las experiencias que ha tenido que vivir Fabio* con los prestamistas ‘gota a gota’ le han dado la oportunidad de conocer que no todos los clientes son los vendedores ambulantes o microempresarios informales, pues “necesidades tenemos todos, la necesidad tiene ‘cara de perro’ y no conoce de estratos sociales”, afirma.
Cuenta el hombre, que cuando llegó a Neiva de su pueblo trabajó en un restaurante muy distinguido y vio cómo un ‘gota a gota’ le prestaba 200 millones a un empresario. Endeudados con ellos hay en todas partes y la red que manejan estos prestamistas es muy amplia”, dice.
Un solo ‘empresario gota a gota’, puede mover hasta diez cobradores, dependiendo de qué tanto dinero tenga para prestar y por lo general cubren todos los barrios, aunque los más populares son los más asediados y también el Centro de Neiva, donde los vendedores ambulantes son sus ‘presas’ preferidas. Cada cobrador puede cargar como mínimo 50 tarjetones, es decir, ‘clientes’.
Actualmente las deudas de Fabio* con los ‘gota a gota’ no superan los $2 millones, pues según comenta, se pudieron de acuerdo con su familia y algunos amigos el ponerle fin a este círculo vicioso en que terminan metidos “La falta de oportunidades son las que nos hacen caer en las manos de estos delincuentes. Ahora, luchando el doble a mi edad, prefiero estar tranquilo junto a mis seres queridos”, comenta.
¿Qué es un ‘gota a gota’?
Son aquellos préstamos informales que se ofrecen a personas particulares que tienen una necesidad de consumo urgente, sin tener necesidad de que se le haga ningún estudio de crédito previo por parte de quien presta el dinero.
Estos préstamos ‘gota a gota’ son muy comunes en todas las ciudades del país y Neiva no es la excepción, aunque normalmente se prestan pequeñas cantidades de dinero, las cuales se cobran en períodos inferiores a un mes, aliviando así las necesidades inmediatas de quien solicita el crédito, los montos varían de acuerdo al prestamista o de la clase de cliente.
Estos préstamos no son vigilados por ninguna entidad del Estado y dependen exclusivamente de la negociación entre el prestamista y su cliente. Lo más atractivo de estos préstamos es su inmediatez, es decir, obtener el dinero el mismo día, ya que se ofrece sin ningún tipo de trámite.
Sin embargo, así parezca muy fácil por como ‘pinta’ el negocio, las solas tasas de interés que se deben pagar ya opaca el panorama del negocio, pero que la gente en medio de la angustia, agobiada por la necesidad, no hacen cuentas antes y ahí comienza el riesgo. Las tasas de interés oscilan entre el 15% hasta 40% mensual, incluso en muchas ocasiones puede ser mayor. Estos porcentajes claramente son una estafa; si los intereses se dan diariamente, a final del mes resultan siendo más altos.
Los cobradores, por lo general son muy puntuales a la hora de cobrar la cuota diaria y en el caso de atrasos con el pago, empiezan las intimidaciones por teléfono o personalmente, pueden llegar hasta los abusos físicos, daños a la propiedad y hasta consecuencias fatales, además efectos sicológicos ligados a la fuerte presión que tiene la persona de realizar el pago puntual, llevándola a pedir más préstamos para aliviar el primero y pagando mucho más de lo que obtuvo inicialmente, como comentaba inicialmente Fabio*.
Los ‘gota a gota’ son como un ‘ancla de la miseria’ en la que las personas quedan al servicio de los prestamistas porque trabajan para cumplir con las deudas y los intereses. Es así como en muchos de los casos los acreedores no solo pagaron mucho más de lo que recibieron, sino que perdieron aquello que compraron con el préstamo e incluso mucho más. Sin embargo, uno de los mayores riesgos de acceder a esta modalidad de préstamos informal y no regulado, es que los prestamistas para recuperar sus recursos en algunos casos recurren a medios coercitivos que pueden atentar contra la integridad de los prestatarios.
Finalmente, para los expertos, los factores clave para que los prestamistas puedan montar sus estructuras delictivas son la economía informal y la falta de educación financiera, que son comunes denominadores en Colombia y muchos países de América Latina, porque el negocio ya se ‘internacionalizó’. Sin embargo, a estas características también se les suma la falta de ahorro y de incentivos que hay para tal práctica.
*Nombre cambiado por seguridad
Las facilidades que dan los ‘gota a gota’ a sus clientes son el principal gancho.
