El precio de la libra de café colombiano alcanzó los 347,13 centavos de dólar, superando un récord que llevaba 47 años intacto. Sin embargo, tras el impacto inicial de este hito nominal, surgen preguntas sobre cómo este logro se compara con la histórica bonanza cafetera de 1977.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
El mercado internacional del café colombiano está viviendo días destacados. Este miércoles, la libra de café arábigo colombiano alcanzó un precio de 347,13 centavos de dólar, superando los 332,93 centavos registrados el martes, una cifra que igualó el récord histórico de abril de 1977. Aunque estos valores nominales sean motivo de celebración, el contexto económico actual dista mucho de la bonanza cafetera que marcó aquella época dorada para los caficultores del país.
Un récord histórico en contexto
En 1977, el precio internacional del café alcanzó niveles sin precedentes, impulsando una de las dos grandes bonanzas cafeteras que ha vivido Colombia, la otra siendo en los años 50. Esta bonanza transformó el panorama económico nacional, convirtiendo al café en un motor de desarrollo, generador de empleo y divisas. Sin embargo, el escenario actual es muy distinto.
El principal factor que marca la diferencia entre 1977 y 2024 es el valor real de la libra de café. En términos actuales, los 3,20 dólares que se alcanzaron en 1977 equivaldrían a 9,07 dólares por libra, tomando en cuenta la inflación y la devaluación del peso colombiano frente al dólar. En otras palabras, aunque el precio nominal ha alcanzado un nuevo récord, el poder adquisitivo de este valor es significativamente menor.
En aquella época, la bonanza permitió un aumento significativo en la calidad de vida de los caficultores, generando excedentes económicos que impulsaron el consumo y el desarrollo regional. Hoy, aunque el precio por carga de café en el mercado interno ha alcanzado los 2.785.000 pesos, un máximo histórico nominal, su impacto real no tiene la misma magnitud.
Factores que impulsan el precio actual
El reciente incremento en los precios del café se debe principalmente a factores externos. La producción en Brasil, el mayor productor mundial, enfrenta serias dificultades debido a una sequía prolongada que, combinada con incendios forestales, ha reducido significativamente las expectativas de cosecha. Esto ha creado incertidumbre en los mercados internacionales, generando una presión al alza en los precios.
Por su parte, Vietnam, el segundo productor global y líder en la variedad robusta, también enfrenta tensiones debido a la volatilidad económica y geopolítica. La incertidumbre relacionada con el comercio global y la preferencia de los agricultores por vender solo lo necesario ha limitado la oferta de café en el mercado, contribuyendo al aumento de los precios.
Mientras tanto, el café colombiano, conocido por su alta calidad y sabor suave, ha mantenido una prima histórica en el mercado. Este miércoles, los cafés suaves colombianos se cotizaron en 347,13 centavos de dólar por libra, ligeramente por encima de los otros cafés suaves, que alcanzaron los 346,94 centavos. Sin embargo, esta diferencia de apenas 0,19 centavos por libra es una de las más bajas en años, reflejando un margen de competitividad reducido frente a otros países productores.
Impacto en la economía nacional
En el mercado interno, el aumento en los precios internacionales del café ha tenido un efecto positivo en los ingresos de los caficultores. Con un precio de 2.785.000 pesos por carga de 125 kilogramos, los caficultores colombianos están experimentando un alivio económico después de años de dificultades derivadas de altos costos de insumos, volatilidad cambiaria y desafíos logísticos globales.
No obstante, los analistas advierten que este buen momento debe ser aprovechado con prudencia. Las organizaciones caficultoras han hecho un llamado a los productores para que utilicen los ingresos adicionales en la amortización de deudas, la renovación de cultivos y la mejora de prácticas agrícolas sostenibles. Esto es especialmente importante en un contexto en el que los costos de producción, influenciados por factores como la guerra en Ucrania, han afectado las utilidades del sector.
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El contraste con 1977
En abril de 1977, el café colombiano no solo registró precios récord, sino que también generó un impacto económico y social sin precedentes en el país. Durante esa época, el aumento de los ingresos cafetaleros fue tan significativo que contribuyó al aumento de la inflación, que alcanzó un alarmante 41,65 % anual en junio de ese año.
En contraste, hoy en día, los ingresos por exportaciones de café, aunque positivos, no tienen la misma influencia macroeconómica que en décadas pasadas. Esto se debe, en parte, a la diversificación de la economía colombiana y a la reducción de la participación del café en el PIB nacional.
Además, la inflación global y los costos asociados a la producción y exportación de café han limitado los beneficios reales para los caficultores. A pesar de esto, el sector sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo rural y la generación de empleo, especialmente en las zonas cafeteras.
Aunque el precio del café colombiano ha alcanzado cifras históricas en términos nominales, las condiciones económicas actuales muestran un panorama muy distinto al de la bonanza de 1977. El desafío para el sector radica en aprovechar este momento de precios altos para consolidar la sostenibilidad económica y social del gremio caficultor.
El café colombiano sigue siendo un símbolo de calidad y tradición, pero su competitividad en el mercado global dependerá de la capacidad de adaptarse a los desafíos climáticos, económicos y geopolíticos que enfrenta la industria. En un contexto donde las bonanzas del pasado son difícilmente replicables, el futuro del sector dependerá de estrategias que fortalezcan su resiliencia y promuevan su desarrollo a largo plazo.
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