Al Pan, Pan…
Bastante indignación ha despertado entre las diferentes clases sociales del país la polémica “Ley de Solidaridad Sostenible” presentada por el Gobierno Colombiano en cabeza del Presidente Iván Duque.
Aunque han hecho todo lo posible por presentar este proyecto ante la opinión pública como la única salida para mitigar la pobreza por causa de la pandemia, no es más que la tercera reforma tributaria en línea impulsada por este gobierno desconectado de la realidad, quien ante el sufrimiento y necesidades de su gente responde con dosis de indiferencia e insensibilidad.
Una reforma tributaria es necesaria para un país desquebrajado en su economía, pero no de esa manera tan incompetente como la presenta el gobierno nacional. Antes que una reforma pensando en la gente, lo que se viene es un atraco directo al bolsillo de millones de colombianos pertenecientes a los estratos sociales más desprotegidos.
Si bien es cierto la pandemia fue un motor esencial para agravar la crisis en Colombia, antes de la misma el panorama ya era muy desalentador. Mucho más después de las desconectadas declaraciones del encargado de manejar las finanzas públicas y liderar la reforma para la recaudación de impuestos en el país.
El distraído Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla demostró su desconocimiento y su falta de apatía por la vida de millones de colombianos. Mostró su faceta de burócrata empedernido y quedó en ridículo ante toda una nación. En cualquier país decente sus desacertadas declaraciones ya le habrían costado su cargo.
Esta reforma será un trampolín para todos los políticos y ellos lo saben. Apoyar este adefesio de proyecto es un desgaste innecesario que muchos no van a tomar, más cuando estamos ad portas de elecciones a Congreso. Por eso partidos como Cambio Radical y el Liberalismo, han sido enfáticos en no apoyar esta agenda que desde toda lógica va en contra vía del pueblo. El político que apoye esta nefasta reforma sin duda será castigado en las urnas.
Lo más sano para un gobierno impopular, quién además parece haber quedado sin coalición de gobierno a poco más de un año para finalizar su periodo, es retirar esta reforma y convocar a los diferentes sectores poblaciones para entre todos acordar lo más conveniente para el país.
En vez de seguir asfixiando a las personas asalariadas, a los pequeños y medianos comerciantes, a los pensionados y a las clases sociales históricamente abandonadas por el Estado; se deberían pensar en estrategias que castiguen severamente la elusión y evasión de impuestos, fortalecer la lucha contra el contrabando, disminuir el tamaño del Estado y la reducción de grandes salarios como el caso de los Congresistas.
En serio si quisieran recuperar la economía en el país, solo bastaría con que se dejaran de robar los más de 50 billones de pesos al año en mermelada pura y corrupción. #NOALaReformaTributaria
