Por: Faiver Eduardo Hoyos
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Iniciare mi columna de opinión cuestionándome, ¿Qué está sucediendo con la salud mental de los colombianos? Sin duda, es uno de los temas que más preocupa en el país desde hace varios años por la falta de priorización y nuevamente vuelve a encender las alarmas en las autoridades por las trágicas noticias acontecidas de los últimos días.
En un país en el que un padre asesina a su propio hijo de 5 años para vengarse de su expareja o el suicidio de una joven madre que padecía en silencio diversos traumas ocasionados por abusos en su pasado dejando a su hija sin su compañía, muestra con hechos que la salud mental de los colombianos se encuentra en cuidados intensivos.
Si bien es cierto, la pandemia y sus secuelas agravaron de manera considerable la salud mental de las personas, no hay que desconocer que en nuestro país la lucha para contrarrestar este flagelo se da en condiciones de precariedad.
Según los datos oficiales por parte del Ministerio de Salud, en Colombia actualmente existen cerca de 1.300 psiquiatras para 50 millones de habitantes. En promedio hay 1 psiquiatra para cada 38 mil personas evidenciando un déficit en el campo de la psiquiatría. Una cifra que se queda corta cuando en nuestro país se reporta un alarmante promedio de siete suicidios y casi cien intentos de suicidio por día.
En el año 2021 la tasa de suicidios marcó el pico de los últimos diez años registrando más de 2.350 víctimas fatales según las cifras de Medicina Legal. En lo que va corrido del año 2022, ya van más de 1.600 suicidios dejando un aumento del 9,97% en comparación con el año anterior. Unas cifras alarmantes.
Sumado a la falta de profesionales en psiquiatría a lo largo y ancho del país, encontramos una escasa cobertura en las zonas rurales obligando a los habitantes a trasladarse a grandes ciudades para recibir apoyo. De igual manera en Colombia no se cuenta con más con más de 80 psiquiatras infantiles para tratar menores de edad agravando esta problemática.
Es momento de que en Colombia la salud mental sea tomada con la importancia y prioridad que se merece. Nuestro país es enfermo por naturaleza y eso lo comprobamos a diario con noticias que normalizan la violencia. Se necesita una reforma a la salud urgente que incluya acciones concretas y convierta la salud mental en un asunto de salud pública.
La salud mental y emocional es igual de importante a la salud física y es un tema que nos preocupa. Por eso desde este espacio invito a que no la minimicemos y por el contrario, ayudemos a visibilizar lo importante que es gozar de una buena salud mental para nuestras vidas. Aprendamos a escuchar a los demás, si tienes algún familiar, amigo o simplemente algún conocido con síntomas de depresión no lo dejes solo. Recuerda que la depresión es una enfermedad que no distingue estrato social.
PD: Quiero resaltar en este espacio a mis amigos Sergio Quimbaya y Edison Salcedo quienes fueron exaltados por parte de la Administración Municipal días atrás en el marco de la Semana de la Juventud como unos de los once jóvenes con mayor reconocimiento juvenil en la ciudad de Neiva.
