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Saúl Osorio: locutor, escritor y querendón del campo

Nov 16, 2021

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Diario del Huila, Crónica

Por Hernán Guillermo Galindo M.

Con 70 años, este hombre de los medios fue lector de noticias y narrador deportivo. Hoy, se dedica a escribir cuentos imaginarios para niños. A Diario del Huila le confesó parte de su historia de vida.

Las calles de Palermo de hace setenta años son los primeros recuerdos que vienen a la memoria de Saúl Osorio Gutiérrez, un hombre de voz recia, que le sirvió para llegar a la locución por cosas de la vida.

Sus padres, Macedonio Osorio y Laura Gutiérrez, tuvieron una familia numerosa. Fueron once hermanos, en un hogar muy bonito, rememora Saúl, colorado, ojos claros, pelo rubio tirando a rojo, de caminar recto, siempre bien vestido.

Comenta nostálgico que esos primeros años de vida fueron de inocencia, como en época de diciembre cuando amanecía con el juguete que le había traído el Niño Dios. Jugaban a las canicas, pico y salgo, la rueda y toda clase de juegos tradicionales, que compartió con sus hermanos, que eran sus amigos.

“En ese tiempo no había la tecnología que hay ahora, por lo que nos criaron con valores, con respeto a los padres y a los mayores, se apreciaba a los amigos. Fuimos bien formados y educados”, dice, con seriedad.

En esos primeros años no supo de necesidades porque su padre se dedicaba a la industria de las curtiembres, el negocio se llamaba La Esmeralda. “Se procesaban las mejores pieles del país, muy cotizadas, con calidad y buen precio, por cierto, así que había cómo vivir bien”, señala.

Estudió primaria en la escuela de varones, el bachillerato entre el San Juan Bosco de Palermo y María Auxiliadora de Neiva. Terminó en el colegio Caldas de Ibagué.

El campo, la radio y escribir son las pasiones de Saúl Osorio.

Ingreso a la radio

La amistad con el también palermuno Luis Alberto Fierro, el famoso hombre de la frase “Péguese la Rodadita”, en los años setenta, es lo que lo acerca a la radio.

“Luis Alberto me invitó a Radio Neiva y me dijo: dé la hora y la locuté en medio de un marcado nerviosismo. Doña Inés García de Durán, que era la gerente, me escuchó y preguntó quién había hablado. Y ahí empezaron a darse mis primeros pasos en la radio y la locución”.

Luego pasó a Radio Colosal, en donde además de dar la hora y leer noticias narró deportes, como fútbol y ciclismo, en las famosas Vueltas al Sur. Compartió micrófonos con grandes de la radio como Rubén Darío Arcila, José Luis Mateus y Fernando Calderón, entre otros, destaca.

Después transitó a la emisora Ondas del Orteguaza, en Florencia, como director de noticias y de la emisora.

“Duré seis años, en ese tiempo escribía y leía el noticiero. Fue una gran experiencia. Todavía recuerdo que me colaboraba un señor llamado Air Trejos Valencia, que aún vive”, destaca, con alegría.

Aunque no estudió periodismo, relata que aprendió con los grandes de la época como Fabio Echeverry, Delimiro Moreno, con quien hicieron un noticiero en Radio Colosal, de recordación, que se llamó El Huila y sus protagonistas.

“Siempre me incliné por las noticias y los deportes. Lo que más disfrutaba era escribiendo y luego leer lo que había redactado y así poder contarlo de la mejor manera a los oyentes. En ese tiempo eran grandes audiencias, la gente se informaba por la radio”, agrega.

En su retorno a Neiva se vuelve independiente con el programa el Huila y sus protagonistas, en la emisora Radio Surcolombiana hasta el año 2011, cuando tomó la determinación de retirarse y se refugia en el campo, en una zona rural cerca de Neiva, donde vive actualmente tranquilo y en paz.

“Retorné a vivir a Neiva porque mi hija menor se vino a estudiar medicina. Ya está en tercer semestre”, explica con orgullo al referirse a Ana Milena Osorio Amaya, fruto de su segundo matrimonio con Cecilia Amaya.

“Mi primer matrimonio fue con Alba Nelly Polanía, de donde quedaron dos hijos, Heber Saúl y Alba Nelly, que son profesionales y ya están cada uno en su vida. Enviudé y a los ocho años de estar solo conocí a Cecilia, me casé con ella y me regaló esa muñeca que es la última de mis hijos, Ana Milena”, comenta.

En la soledad de la finca escribió un libro inspirado en la brisa del río Baché. Relatos de cuentos imaginarios para los niños, de temas inocentes de brujas, espantos, que habrían podido ser reales.

“‘Las pasiones y el silencio’, se llama el libro de historias que ha tenido acogida. Como escritor, la satisfacción es que lo lean, aunque la plata no sobra”, destaca.

Finalmente, reflexiona sobre el momento actual de la locución, de los periodistas, que en tiempos de sus inicios eran bien recibidos y respetados, “pero ahora imperan, mandan y prevalecen otros intereses”, se queja.

Saúl se declara un hombre feliz. Da gracias a Dios por todo lo que le ha dado y porque cree que ya cumplió su labor terrenal. “Solamente me queda la niña, por eso, solo le pido al Señor que me de licencia de verla graduarse en su profesión exitosamente. Entonces, ahí sí, misión cumplida”, expresa, riendo.

Escribe cuentos para niños en la soledad del campo.

 

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