Diario del Huila

Seremos capaces del arrepentimiento

Abr 13, 2022

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Luis Humberto Tovar Trujillo

Valga la semana de pasión de nuestro señor Jesucristo, para hacer una pausa espiritual, y como él, reflexionar sobre su itinerario en la cruz, analizar nuestras convicciones, sobre nuestros valores y principios, y hacer, un verdadero acto de contrición sobre nuestro actuar, generalmente salido de los cauces normales, para optar por una vida llena de resentimientos y odios.

Por nuestra condición humana, generalmente somos proclives a los desafueros en todo sentido.

En nuestra relación consigo mismos, y partiendo de ahí, con los demás, con nuestro entorno, no resistimos al prójimo, vivimos en una concepción egoísta total, llenos de envidias, de odios.

Le echamos la culpa de nuestras limitaciones y obstáculos a los demás, al vecino, a la esposa, a determinados amigos, en fin, a todo el que se atraviese por nuestra existencia.

Sobre todo en determinados sectores de la sociedad, realizamos actuaciones y vociferamos contra las autoridades, el gobierno; es la conversación común y corriente, en sitios de diversión consumiendo licor, poco nos importa el aumento de los precios de estos, no es motivo de conversación, sino que utilizamos esos momentos de ebriedad para culpar a Raimundo y todo el mundo de nuestras propias desgracias, menos a nosotros mismos.

Esa incapacidad demostrada para reflexionar sobre nosotros mismos, nos ha llevado a no poder identificar nuestras propias desgracias que solo tienen fundamento en esa incapacidad para enfrentarnos con nuestra realidad personal y colocarla en blanco y negro.

Existe frente a esa incapacidad, como respuesta, a echarle la culpa a Dios multiplicando el ateísmo y la falta de fe en ese ser superior que todos reconocemos pero que poco o nada nos importa, también le echamos la culpa a El; al gobierno de turno, pero votamos en elecciones por los mismos con las mismas, hablamos contra la corrupción pero les vendemos el voto; cuando pretendemos buscar alternativas, pensamos ofrecer el voto a peores personajes que nos llevarán a peores desgracias.

Y todo eso por la incapacidad de sentarnos a reflexionar, repito, en blanco y negro, con nosotros mismos; nuestros valores, quiénes somos, para dónde vamos, qué queremos hacer, si me siento incapaz de hacerlo, ¿estoy en capacidad de buscar ayuda profesional en alguien que me genere confianza para una reflexión espiritual?, para encontrarme o reencontrarme conmigo mismo, y a partir de ahí hacer de mi vida, y de mi entorno, un escenario optimo para mi y mi familia.

Acabar con el resentimiento, con la envidia, aprender a disfrutar del éxito de los demás, tomarlo como si fueran nuestros propios éxitos.

Hacer de la gratitud la mejor expresión del ser humano, como un valor superior, y no como una expresión de resentimiento. Hay que dar gracias a Dios principalmente; a la familia, a los verdaderos amigos.

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