Por: David Vásquez
En Colombia es muy normal que las niñas desde muy pequeñas empiecen a sentir el deseo de ser la próxima señorita Colombia y cumplir su sueño de ser reina, pero este no es el caso de María Alejandra Salazar, en su niñez nunca examinó la posibilidad de participar en algún certamen de belleza, pues lo veía algo utópico.
Pero al mismo tiempo cuando era niña le encantaba jugar a los reinados de sanjuanero y participar en las actividades estudiantiles correspondientes a concursos, fue para segundo grado que llegó a representar al salón en los llamados “sampedritos”, en donde bailó la danza representativa del Huila, el sanjuanero.
Neiva fue la tierra que vio nacer a María Alejandra, aunque en su corazón permanece el municipio de Garzón, debido a que la capital diocesana del Huila es el lugar de origen de su madre, Irma Rojas Brochero, y gran parte de su vida la vivió en ese municipio. Estudió en la Institución Educativa Departamental Tierra de Promisión en el 2013 en donde se graduó con honores, y continuó estudios de Comunicación Social y Periodismo y Licenciatura en inglés, en la Universidad Surcolombiana.
Alejandra no nació con las comodidades de una familia adinerada, pero sí rica en principios y valores. Cuando apenas era una pequeña corrió por las calles de los barrios del norte de la ciudad de Neiva. su infancia fue feliz, jugó mucho. No es una joven “amiguera”, su hermana mayor con quien compartió gran parte de su niñez es su principal confidente y mejor amiga.
“Mi familia es fundamental para mí, mi mamá es el motivo de ser quien soy, a ella le debo ser la mujer que conserva siempre la esencia, me ha enseñado a luchar por lo que quiero”, expresó la señorita Huila y virreina nacional.
La huilense le ha tocado luchar por cada unos de sus sueños, de esta manera ha logrado escalar cada peldaño que ha dado en su vida, todas las decisiones que ha tomado la ha llevado al momento que se encuentra ahora.
“He trabajo en muchas cosas, de las experiencias que más recuerdo fue las discotecas en donde trabajaba como mesera para poder pagar mis estudios, fue una experiencia difícil, es curioso como algunos piensan que las personas que trabajan allí son malas, pero realmente los que llegamos a trabajar ahí lo hacemos por una necesidad. El trabajar por 50.000 pesos la noche y ver como alguien compra una botella de 300.000 mil, es un respiro para nosotras” indicó Alejandra.
¿Cuándo inició su vida en los reinados?
Su primera experiencia real en un reinado fue en el concurso de Señorita Neiva en el 2017, en donde representó a una empresa de la capital huilense, quedó entre las 5 finalistas a la corona y consiguió ganarse el corazón y admiración de propios y visitantes por su belleza íntegra. Ahí fue cuando sintió la magia que trae consigo el luchar por un título y una corona, además de entender que estaba hecha para dar mucho más de sí.
“Nunca estuvo en mis planes, incluso nunca estuvo dentro de mis posibilidades por todo lo que dice la gente, “para ser reina se necesita dinero, hay que ser de sociedad” sin saber que lo que realmente se necesita es ser más humano y más real”, dijo la reina.
“Aquellas personas que vivieron conmigo el Señorita Neiva comenzaron a animarme diciendo que tenía potencial, pero siempre tuve dudas de asumir ese camino. En el 2018 la Corporación de Belleza del Huila entabló una comunicación conmigo y me dijeron, “oye Alejandra, creemos que puedes dejar el nombre del departamento del Huila en alto en Cartagena y este es tu año”. Yo les dije, me encanta la idea, pero quiero ir a hacer una buena representación y siento que en un año puedo estar en mi mejor versión, y es que yo no quiero ir a participar, yo quiero ir a ganar. Entonces dije, voy a esperar un año y el otro ahí sí nos vemos, y así fue”.
Unas de las cosas que Alejandra trató de fortalecer durante su preparación fue la confianza, además de su aspecto físicamente, sin olvidar quién es, lo que quiere para su vida, aceptando este reto con mucha responsabilidad de ser la embajadora de la mujer huilense en Cartagena.
“Es una de las experiencias más significativas en mi vida, fue enriquecedora, y es más difícil de lo que pensaba, pero se asimila cuando se va con la intensión de plasmar toda esa preparación, todo ese esfuerzo y sacrificio. Además, las personas estaban súper ilusionadas y tenían muchísimas expectativas, habían depositado mucha fe en mí, y dije, voy a ponerlos a soñar”, dice María Alejandra.
Al participar ella estaba segura que esta experiencia la iba a dar a su vida un giro de 180 grados. “Al concurso me fui con la mentalidad de dar todo de mí, era impresionante la serenidad y la tranquilidad que yo tenía esa noche de elección y coronación, de verdad lo que quería era demostrarle a la gente que yo les podía dar esa corona, y se me escapó de las manos. Yo creo plenamente en la voluntad de Dios, y desde el rol que él me ponga siempre voy a desempeñar la misma labor con el corazón” agregó la virreina.
En la edición realizada en noviembre del 2019 la señorita Huila se alzó con el título de Virreina Nacional de Belleza, faltándole un peldaño para alcanzar esa anhelada corona de la señorita Colombia que ha sido tan esquiva para el departamento opita. Este título adquirido conlleva una cantidad de responsabilidades como el representar al en país en un concurso internacional.
“Desde el momento en que quedé virreina me enfoqué en lo que viene. Y fue muy lindo poder conocer la realidad de todas las mujeres que participaron, de las 22 que estábamos allá cualquiera hubiese podido ser la ganadora porque todas llegaron con ese propósito, y no es fácil, estar expuesto completamente a que te juzguen, a que te critiquen, es un trabajo integral el que hay que realizar” expresó Salazar.
Durante los diferentes desfiles realizados en el concurso, la representante de la belleza huilense deslumbró con su pasarela en la ciudad amurallada con diseños realizados por el también huilense José Luis Roldán. “Orgullosa, que dicha es viajar como Corte real por el país y recalcar ese talento opita”, menciona Alejandra.
Será muy difícil para los huilenses olvidar la sensación de aquel 11 de noviembre en Cartagena, en el que María Alejandra Salazar Rojas, se encontraba tomada de las manos con María Fernanda Aristizábal, Señorita Quindío, esperando coronarse como la mujer más bella de Colombia, el fallo del jurado, la convirtió en la Virreina del Concurso Nacional de Belleza 2019-2020.
Desde que la Corporación de Belleza del Huila finalmente decidió elegirla para que representara al Departamento en este importante certamen, muchos ya la daban como la ganadora, al ver en Alejandra, con apenas 22 años de edad, atributos excepcionales con los que sin duda realizaría un excelente papel en Cartagena.
Alegre, leal, transparente, sencilla, carismática, inteligente, tranquila, disciplinada, emprendedora, una joven que no teme demostrar quién es, son algunas de esas cualidades de la Virreina.
Alejandra se describe como mujer cercana a las personas, con un gran sentido social “soy una mujer real, autentica, soy la misma de antes y después del reinado y frente a las personas que sea, pienso que es algo que me caracteriza”.
Por la pandemia se ha extendido su virreinato hasta noviembre del 2021.
Se extendió su año de reinado
A raíz de la pandemia que se ha generado por el coronavirus, la Virreina nacional de la Belleza, María Alejandra no ha podido realizar los compromisos que conlleva pertenecer a la corte real del concurso nacional de belleza (CNB), además que hizo que el año de reinado se extendiera por un tiempo más, al principio logró cumplir con una apretada agenda de desfiles y actividades a favor de varias fundaciones por diferentes rincones del país.
“Es muy bonito conocer personas que reconocen el trasfondo del Concurso, algunos colombianos consideran que nosotras vamos por las ciudades haciendo una pasarela sin sentido, pero es necesario que sepan sobre el apoyo y el aporte que brinda el Concurso a fundaciones, a personas y a comunidades tan vulnerables que en verdad lo necesitan, eso es un enriquecimiento personal y para mi carrera profesional, te hace ser más humana, más compasiva”, manifiesta la agraciada joven.
Tradicionalmente la virreina nacional de belleza se envía al concurso japones de Miss Internacional que habitualmente se realiza en el mes noviembre, pero a raíz de la incertidumbre sobre a qué concurso será enviada la actual señorita Colombia, María Fernanda Aristizábal, la participación de la huilense aún no se define.
“Aun no sé a qué concurso iré a representar a Colombia, la organización se encuentra definiendo eso y lo sabré en el momento que tomen la decisión, pero de lo que estoy segura es que esta vez no le faltará “el centavo para el peso” me traeré la corona a donde vaya2”, dijo la huilense.
La virreina ha lucido con orgullo durante el 2020 y lo que lleva el 2021 la corona de plata que reposa sobre su cabeza y la banda oficial del concurso, y expresa su agradecimiento a todos los colombianos en especial a los huilenses, por el apoyo y por creer en la persona que es María Alejandra.
“Pienso que, si no hubiera contado con el apoyo, el respaldo y la ilusión de todos los huilenses no hubiera hecho las cosas con tanto amor y no habría pisado cada escenario de la manera en que lo hice, eso me motivó muchísimo a quererles dar la corona, estoy muy agradecida por eso”, concluyó la Reina.
Está a la espera de conocer el certamen internacional al cual irá a representar a Colombia.
