Diario del Huila

Sin respuestas y con un dolor que atraviesa su ser viven desde hace 13 días familiares de ‘Marinita’

Nov 25, 2022

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DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO

Por: Daniela Gutiérrez

Fotos: Felipe Poloche

Un crimen perpetuado a plena luz del día dejó a una familia del oriente de la ciudad de Neiva con el dolor de la partida de ‘Marinita’ una mujer de 79 años. ¿Quién la asesinó? ¿Por qué? Estos son algunos de los interrogantes que tiene su familia quien tras más de 13 días no tienen ninguna respuesta.

A Marina Cerquera de 79 años la asesinaron la mañana del 11 de noviembre al interior de su vivienda ubicada en la calle 18A con carrera 51A del barrio Víctor Félix Díaz en la comuna Diez de la ciudad de Neiva a plena luz del día.

Las primeras hipótesis que resultaron de este vil crimen que estremeció a la ciudad fue que la adulta mayor había sido asesinada en un intento de hurto. Hoy esta versión de los hechos no ha sido ni confirmada ni descartada por ninguna fuente oficial. De el o los responsables de los hechos no se tiene ninguna pista y según la familia, las investigaciones parecen no avanzar.

“Si es por investigaciones y por lo que han hecho las Fuerzas Militares, no se sabe absolutamente nada, estamos en el mismo punto de partida porque oficialmente nadie se ha comunicado, nadie ha dado respuestas, desconocemos cualquier avance en la investigación”, manifestó Tato González, yerno de la hoy occisa.

Los que pasó el día de los hechos

La ausencia de un televisor se convirtió en la pieza clave para pensar que algo había pasado con Marina, quien tenía una misma rutina de vida desde hace algunos años.

De acuerdo con lo narrado por González, ella salía todos los días a barrer la calle, después de hacer algunos oficios adentro de su casa, cerca de las 7:30 de la mañana. En ese espacio de tiempo, dialogaba con sus vecinas quienes salían a hacer la misma actividad.

Casualmente ese día, solo salió Marina, pues la vecina de al lado se encontraba laborando y la de la otra casa de enseguida, simplemente no salió.

Luego de esto, la adulta se dirigía a la casa de su hija y yerno a recoger el dinero de las compras para el almuerzo “me ayudaba a levantar el desorden que tuviéramos y salía con su mejor amiga, desde hace 29 años, a comprar lo del almuerzo de todos”, contó.

Al incumplir esta misma rutina, Flor; su eterna amiga, empezó desesperadamente a buscarla, primero en su residencia y luego se dirigió a la casa de la hija de Marina a ver si ya se encontraba allá.

“Me voy a ver para donde cogió esta callejera” fue lo que pensó Flor en su inocencia y se dirigió a buscarla. Llegando a donde Tato le preguntó por Marina a lo que él respondió que no la había visto.

“Ella me contó que cuando fue a buscarla a la casa, se percató que faltaba el televisor de la sala y eso me causó mucha curiosidad. Decidimos ir a buscarla hasta la casa”. En vista de que no encontraron respuesta al tocar la puesta y al evidenciar que el celular de propiedad de Marina estaba en la mesa y las llaves de la puerta también, su yerno decidió entrar a la vivienda por la parte de atrás del patio.

Macabro encuentro

Al bajar del techo Tato se encontró con una imagen que aun su cabeza no puede borrar. ‘Marinita’ estaba tirada en el patio en medio de un charco de sangre y su cuerpo estaba tapado con una sábana. Hasta a eso se atrevió el asesino.

Aquí surge otra duda; la sábana que utilizó aún no se establece si era la que cubría la cama de la adulta mayor; la cual estaba efectivamente sin cubrir, o la encontró colgada en el patio ropa y la otra, la de la cama, la utilizó para tapar su otro crimen, lo que se robó y no ser percatado.

En la residencia solo faltaban dos cosas: el televisor que estaba en la sala y $100.000 que había en un cajón de una mesa de noche.

Para la familia causa curiosidad que todos los demás electrodomésticos y aparatos electrónicos, incluidos dos celulares que permanecían en la mesa del comedor y que no hacen mayor estorbo para poder cargarlos, aparecieron en el sitio, no fueron hurtados. Así mismo, en la casa, en diferentes partes, había dinero; un total de $1 millón, los cuales aparecieron, al igual que algunas joyas de propiedad de una de las hijas de la señora Marina.

Si entraron a robar ¿por qué todos estos elementos aparecieron en la casa y la misma no estaba con aparente rastro de violencia?

¿Quién la asesinó?

Todo desde el día de los hechos hasta la fecha ha sido incierto. No hay respuestas ni mucho menos pistas de quién o quienes fueron los responsables de este vil crimen.

La mañana del 11 de noviembre fue una mañana lluviosa que al parecer sirvió para que todos los vecinos del sector se refugiaran en su casa y no se percataran del crimen que pudo haber tenido espacio de tiempo entre las 7:30 y las 8:30 del día.

Por la forma como sucedieron los hechos, la hipótesis que, entre la familia cobra más fuerza es que habría sido un o unos habitantes de calle que, en medio de los efectos de los alucinógenos, habrían entrado a hurtarse el televisor y al percatarse de la presencia de Marina, con un arma cortopunzante la asesinaron.

“Pensamos de pronto que al ella entrar pues alguien se le habrá podido ir de tras o tal vez alguien entró mientras ella estaba barriendo, no sabemos”. De ser así, ¿porqué el cuerpo de la hoy occisa es encontrado en el patio de ropas; que queda al final de la casa y no en la sala o en un sitio más cercano a la puerta o a donde estaba el televisor si se logró establecer que el cuerpo no fue movido de sitio.

Lo que no se ha logrado identificar, al parecer, es si la lesión se la causaron de frente o por la espalda. Lo cierto de todo es que la herida mortal, tal como dicta en el dictamen de Medicina Legal, fue a la altura de la cabeza y no en el cuello como inicialmente se dijo.

Del asesino la versión que sigue tomando fuerza es que pudo haber sido un habitante de calle puesto que, tal como lo denunció González, el sector se ha ido permeando de personas en situación de calle y al mismo tiempo de expendedores de droga que al parecer, permanecían al frente de la casa de la hoy occisa.

“No sabemos con exactitud quién fue, no hay respuestas de qué pasó, pero lo que sí sabemos es que tuvo que haber sido alguien bajo los efectos de los alucinógenos porque alguien en un estado normal no hace eso. No le quita la vida a un angelito; porque eso era mi suegra, a ella solo le faltaban alas para serlo”, reconoció.

Sin rastro

Después de cometer el crimen con un televisor en la mano y, aparentemente, sin dejar mayor rastro salió el asesino de Marina de su residencia.

A pocos metros de la casa hay una cámara de seguridad que hace parte del circuito cerrado de vigilancia que tiene la Policía Metropolitana, sin embargo, lo que pudo conocer el yerno de Marina es que esta, como muchas otras en la ciudad no sirve y que la esperanza de que el paso del delincuente quedara grabado se apagó.

Lo que se ha dicho por parte de las autoridades es que el caso está en estudio y que aun es muy temprano para tener algún tipo de resultado. La investigación la está llevando el CTI y por parte de la Fiscalía el caso está en proceso de indagación el cual puede tardar un tiempo indefinido, según el material probatorio que tenga el caso.

Para este evento el material probatorio para ser nulo, nadie vio ni escuchó nada; o no lo han manifestado, al parecer el asesino andaba a pie y la cámara de seguridad que pudo haber captado el rostro del responsable no sirve.

Justicia para ‘Marinita’

En este punto la zozobra y el pensar todos los días que no se sabe qué pasó con esta adulta a quien todo el mundo cataloga como ‘un angelito’ carcome a su familia. No han podido descansar en paz desde aquel fatídico momento. Sus hijas no encuentran alivio y ni siquiera pueden hablar del tema.

“Nosotros solo reclamamos lo justo, lo que nos merecemos, justicia para este caso. Mi suegra no puede quedar como otra de las víctimas de la delincuencia que nos tiene azotados. Ella no puede ser un número, una cifra más. Necesitamos respuestas”.

Celeridad en el proceso y justicia exigen los familiares de Marina a quien si bien es cierto nada ni nadie podrá devolver, pero qué, en memoria de su vida y todo lo que aportó a la sociedad, merece que su crimen sea esclarecido y que el culpable pague.

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