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Situación del hambre en Colombia es crítica

Feb 5, 2022

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DIARIO DEL HUILA, INFORME

Por: Rolando Monje Gómez

La Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia insiste en que es necesario abordar la problemática del hambre en el país de manera urgente. Casi 16 millones de colombianos viven con dos o menos comidas al día, señalan. El 54% de la población sufre inseguridad alimentaria y más de medio millón de niños desnutrición.

El mapa de los países en riesgo de enfrentar hambre en 2022 que presentó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, puso a Colombia al nivel de Honduras y Haití y deja por fuera a países como Cuba y Venezuela, generando molestia en el Gobierno y una precisión por parte del organismo internacional.

Luego de que el Gobierno Nacional rechazara el informe de la FAO, que aseguraba que en Colombia es uno de los puntos focales de la inseguridad alimentaria en el mundo, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), aseguró que la situación del hambre en Colombia sí es crítica. Para llegar a esta conclusión, aseguró que la pobreza monetaria es la principal causa de la inseguridad alimentaria, pues la falta de ingresos priva a las personas de acceder a los suficientes alimentos que permitan un adecuado crecimiento y desarrollo.

El gremio puso sobre la mesa las últimas cifras de pobreza monetaria del Dane de 2020, en las que se evidenció que 21 millones de personas vivían con ingresos de menos de $331.000 al mes; y que 7,4 millones con menos de $145.000 y calcula que alimentar a una persona cuesta, en promedio, $423.000 por persona al mes, según el Icbf, por lo que más de 21 millones de personas en Colombia no podrían alimentarse adecuadamente.

Se suma a esto además, los datos de la Encuesta de Pulso Social del Dane que también evidencian que mientras que antes de la pandemia 88,9% de las familias consumían tres comidas al día, en diciembre del año pasado la cifra se redujo a 69,1%.

Así mismo, se estima que 54,2% de la población colombiana vive en inseguridad alimentaria y, para dar una solución a la problemática, Abaco hace un llamado para que todos los sectores del país se articulen y se cree un plan de trabajo. Está demostrado que los esfuerzos desarticulados no generan resultados.

Desde la Red de Bancos de Alimentos de Colombia se está convocando a todo el país a una alianza contra el hambre en la que todas las organizaciones se pongan un objetivo superior, en la que todos pongan sus capacidades, recursos y la disposición de trabajar en equipo para avanzar en el propósito de erradicar el hambre y la malnutrición.

Con lo que tiramos en un año, podríamos dar de comer a Panamá, Uruguay y Luxemburgo los 365 días.

Según el reporte de la Asociación de Bancos de Alimentos, Colombia era parte de esos “puntos críticos de hambre” en América Latina y el Caribe, pues la inestabilidad política, los desafíos económicos, el impacto de la crisis migratoria regional y los nuevos desplazamientos internos están dejando sus efectos. Se estima que para este año cerca de 7,3 millones de colombianos necesitarán asistencia alimentaria, por lo que la organización sugirió acciones preventivas y de emergencia.

La FAO, pidió disculpas y aseguró que el informe tenía como propósito “llamar la atención de la inseguridad alimentaria aguda de algunas poblaciones en el territorio”, pero que sería injusto no reconocer los esfuerzos del Gobierno en seguridad alimentaria. Sin embargo, en el país hay poblaciones que se enfrentan a hambre severa, como lo confirma también Abaco, que insiste en que la situación del hambre en Colombia “sí es crítica”.

Pobreza monetaria

Cerca de 21 millones de colombianos se encuentran en pobreza monetaria con ingresos per cápita promedio de $331.000 mensuales, lo que no les alcanza para comprar una canasta básica de alimentos. Asimismo, 15.9 millones de colombianos consumen dos o menos comidas al día, y cinco millones de colombianos sufren o sufrieron desnutrición crónica y hoy padecen sus secuelas.

La pobreza monetaria es la principal causa de la inseguridad alimentaria, entendida esta como la dificultad de una persona para acceder regularmente a suficientes alimentos inocuos y nutritivos que le permitan un adecuado crecimiento y desarrollo.

Hay otros datos que lo respaldan. Según la encuesta Pulso Social publicada también por el Dame, antes de la pandemia el 88,9% de las familias colombianas consumían tres comidas al día. Para diciembre del 2021, esta cifra se había reducido al 69.1%, lo que significa que, en diciembre de 2021, 14.399.043 personas comían 2 veces al día, 1.445.065 personas comían una vez al día y 154.828 personas comían menos de una vez al día.

En el país hay 554.000 pequeños con el futuro condicionado, según el último estudio de Red de Bancos de Alimentos nacional (Abaco) y la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), presentado a principios de diciembre. Los niños son la cara más crítica de los efectos del hambre, un mal que conoce el 54% de la población.

La covid-19 y la desigualdad son los principales culpables detrás de tantos platos vacíos. Los hogares colombianos que consumían tres comidas al día disminuyeron de un 90% antes de la pandemia a un 70,9%, según lo indica la encuesta Pulso Social. En adición a esto, el último indicador de pobreza monetaria evidencia que el 42,5% de los habitantes dispone solo de 331.688 pesos para cubrir sus gastos de alimentación, vivienda y otros artículos de primera necesidad. Y hay siete millones de personas que viven con 145.000 pesos mensuales.

Por su parte, la Encuesta Nacional de Situación Nutricional – ENSIN 2015 – informa que el 54,2% de la población colombiana vive en inseguridad alimentaria, y que el 10.8% de los niños menores de 5 años en Colombia tienen desnutrición crónica, lo que significa que en el país tenemos más de 500 mil niños menores de 5 años con esta enfermedad irreversible que les impide su adecuado crecimiento y desarrollo.

Círculo de pobreza

En un país como Colombia, con 21 millones de personas con algún tipo de inseguridad alimentaria, la carestía no es exclusiva de las ciudades vulnerables. Sin embargo, la región de la Orinoquía y Amazonía, la zona Atlántica –especialmente La Guajira– y la Pacífica (sobre todo Chocó, Cauca y Nariño) son las de mayor incidencia. Es ahí donde se localiza la mayor parte de la población indígena y rural, la más afectada por estas estadísticas.

Detrás de las alarmantes cifras, hay una situación que preocupa especialmente a los expertos en la materia: el círculo de la pobreza. “Está demostrado que los niños con desnutrición crónica van a tener 14 puntos menos de coeficiente intelectual, cinco años menos de escolaridad y 54% menos ingresos. Una familia pobre necesita once generaciones para salir de esas condiciones de vulnerabilidad. Y esto, i provoca una pérdida del 11% del PIB”, según el informe de Abaco.

Un mes antes de la publicación de estos datos, Colombia firmaba el pacto por la Gran Alianza por la Nutrición y el Hambre cero en Latinoamérica y el Caribe, junto a ocho países: Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú, Paraguay, Costa Rica y El Salvador, en el encuentro Transformaciones para una América Latina de Hambre Cero. El compromiso es tan necesario como ambicioso: acelerar el avance del cumplimiento de las metas del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible, relacionado con la erradicación del hambre.

Pero las perspectivas reales de alcanzar las metas distan mucho de las fechas prometidas. De acuerdo con proyecciones de Fundación Éxito, antes de la pandemia, el reto de erradicar la desnutrición crónica en menores de cinco años fijada para 2030 ya iba con seis años de retraso. Ahora, como consecuencia del retroceso en el crecimiento económico 2020, se prevé viable para el año 2040.

Desperdicio de comida

Según la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, la pandemia trajo algo positivo: el aumento de solidaridad. Antes de la covid-19, los bancos de alimentos atendían a 600.000 beneficiarios y entregaban 24.000 toneladas de comida. En 2020, ambas cifras se multiplicaron.

Estos centros pasaron a cuidar de 3,2 millones de personas y a repartir 64.000 toneladas. “El pueblo colombiano se puso la mano en el corazón y donó mucha ayuda”. Sin embargo, es necesaria la concienciación con respecto a la comida desperdiciada. Se tira la tercera parte de los alimentos que se producen. Con lo que tiramos en un año, podríamos dar de comer a Panamá, Uruguay y Luxemburgo los 365 días. Podríamos acabar con el hambre en nuestro país.

La pandemia trajo algo positivo: el aumento de solidaridad.

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