Siguen deteriorándose los niveles de pobreza en Colombia, de acuerdo con el informe publicado recientemente por la Cepal, donde Honduras, Colombia y Argentina, son los países más pobres en Latinoamérica, lo cual nos debe poner a reflexionar, si verdaderamente las políticas públicas que se han implementado han sido las apropiadas. Desde que se posesionó el actual primer mandatario de los colombianos, la sociedad colombiana tenía la firme creencia en el gobierno del cambio, porque se iban adoptar las medidas gubernamentales más adecuadas, para revertir esta tendencia que venía desde administraciones anteriores. Desafortunadamente el equipo económico del alto gobierno se ha equivocado con tales políticas. Aunque suene repetitivo, se han cometido algunos errores históricos, que han dado al traste con las sanas intenciones que presentaba el gobierno de Petro. Sin sesgos ideológicos, hemos expresado que el aumento de los precios de los precios de los combustibles en $7.100 el galón de gasolina, la reforma tributaria presentada al siguiente día de la posesión presidencial, el aumento de la criminalidad en todo el territorio colombiano, que lo tiene bajo su dominio en más del 30%, los ataques inmisericordes contra el sector empresarial del país que genera más del 80% de los empleos y de los tributos y por la incapacidad gubernamental para afrontar los verdaderos problemas sociales, económicos y políticos, son entre otros los factores detonantes para que se esté presentando un desmejoramiento del nivel de calidad de vida de las familias colombianas.
Los indicadores económicos han sido adversos, de acuerdo con los informes periódicos que presenta el Dane, los gremios económicos y los Centros de Pensamiento Económico del país. No podemos ocultar el sol con un dedo de la mano. Es la triste realidad. Este panorama refleja un retroceso en los avances logrados en años previos, especialmente en el país, donde los niveles han mostrado un aumento desde 2014. Colombia puede estar perdiendo la guerra contra la pobreza y eso no es nuevo, el país siempre ha liderado los rankings en este problema. Es cierto que durante la pandemia las cosas empeoraron, pero todos los países lograron volver a cifras de antes del Covid, pero en Colombia, las cosas no mejoran.
Todavía el gobierno nacional, puede contribuir en estructurar políticas públicas, que estén alejadas de los sesgos ideológicos y revanchismos que no le generan sinergias interinstitucionales positivas, para que empecemos a hablar un mismo lenguaje. Las causas no son otras a la disminución de los empleos formales, la aceptada informalidad y la violencia. La prueba ácida de que las cosas no están mejorando en términos de disminución de la pobreza, es que casi en todos los 14 millones de familias que hay en Colombia, al menos uno de sus miembros ha decidido migrar a otro país en busca de mejores oportunidades, como lo expresa el Diario de la Republica en la edición del día anterior.