Los apetitos políticos y económicos de mantener a Ucrania bajo la elite rusa, el presidente Vladimir Putin tomó la decisión de apoderarse de este territorio de un valor estratégico para los intereses de esta Nación, que, a pesar de las amenazas de los países occidentales aliados a los Estados Unidos, empezó a sangre y fuego a tomarse las principales ciudades ucranianas y a su capital Kiev. El jueves anterior, se cumplieron las premoniciones de los líderes de los países europeos y de los Estados Unidos, en torno a esta posible invasión de esta Nación Socialista. Embelesado por su sueño de devolverle a Rusia el brillo y el poder en el ajedrez geopolítico mundial que ostentara en su momento la Unión Soviética, Putin ha elegido el camino de la guerra en pos de su objetivo.
Esta decisión ha sido rechazada y condenada con absoluta contundencia, por múltiples razones, comenzando porque no hay justificación alguna para violar la soberanía de un país como Ucrania e irrumpir en su territorio de la manera que lo hizo ayer. Tal determinación traerá, como todo conflicto bélico, además de muertes, dolor, sufrimiento, desarraigo e indecibles padecimientos para millones de inocentes. Así como están las cosas, y con las solas amenazas de sanciones comerciales hacia este país de los Zares, en pocos días, su capital Kiev caerá en manos de las fuerzas rusas y por ende, la destitución de su presidente Volodimir Zelenski.
Lo que se le avecina a este país invasor son las sanciones y de la diplomacia, que deberá sentir el costo para su economía, de su osadía y que impactará negativa la dinámica productiva rusa. Dicho lo anterior, corresponde el lógico llamado a evitar por todos los medios que la ambición rusa desemboque en un escenario de confrontación bélica de mayor magnitud. Las sanciones van a generar un colosal golpe a la estructura económica rusa. La decisión de Alemania de frenar la autorización para que entre a operar el gasoducto Nord Stream 2 es una señal alentadora. Estados Unidos anunció el bloqueo total a los más importantes bancos rusos. Algunas voces ya plantean un aislamiento total de Moscú del sistema financiero mundial, excluyendo los bancos de este país del sistema Swift, que posibilita las transacciones entre entidades bancarias del planeta.
Con esta batería de sanciones anunciadas para golpear la economía rusa, los Estados Unidos y la Unión Europea, afectarán especialmente los renglones de energía, financiero y el comercio ruso. La gran meta es aislar a Rusia financieramente. Sin embargo, analistas señalan que Moscú se ha preparado durante años para resistir estas acciones. De acuerdo con todo lo anterior, Putin no va a dejar que Ucrania ingrese a la Otán, así lo pretenda el mundo occidental.
