Carlos Yepes A.
Inició diciembre y los cielos de Neiva ya están siendo testigos de voladores y cuanta pólvora es posible quemar. Los Neivanos han empezado el mes de las festividades navideñas violando la prohibición de quemar pólvora. A pesar de ser una situación puntual y algo circunstancial por la época del año no deja de preocupar que, coincide con otros comportamientos que se presentan a lo largo de todos los meses del año que son francamente censurables.
Los “moteros” y algunos conductores de vehículos se han propuesto convertir la ciudad en una jungla motorizada; la indiciplina vial reina en la ciudad y las multas y comparendos no parecen ser la solución; la invasión al espacio público es más que evidente, el microcentro especialmente y barrios como el Quirinal ya no tienen esquinas sin una venta informal; el microtráfico se apoderó de todas las comunas con la consecuente ola criminal que lo acompaña. De la Neiva amable y tranquila que conocimos no queda nada.
Los usuarios de las motos “decentes”, porque entendemos que gran parte de ellos, son empleados y ciudadanos del común que tienen su moto y la usan para sus labores diarias cumpliendo normas y comportándose como debe ser, se ven opacados por una “jauría” de bestias al volante que infringen todas las normas convirtiendo a Neiva en una verdadera jauría donde prima la Ley del más fuerte.
Los guardas de tránsito se ven opacados, su capacidad de reacción no es suficiente para poder estar en cada esquina controlando al menos el paso en rojo de los semáforos y el tránsito de más de dos personas en las motos con un agravante, de cada diez de ellas, siete llevan un menor de edad como tercer pasajero, con el consecuente riesgo de muerte que esto implica.
Ahora bien, si usted decide bajarse al andén, y caminar por la ciudad, no encuentra andenes y si los encuentra van a estar ocupados por los vendedores informales de temporada que inundan la ciudad sin ningún control. Recordemos que la informalidad avala la ilegalidad y es vecina de la criminalidad en muchos órdenes. Se sabe que gran parte de esta informalidad es patrocinada por grupos de comerciantes, ajenos a esta ciudad, que se han tomado el comercio de la misma queriendo imponer su propia ley.
El microtráfico es más que evidente, a plena luz del día se comercializa y se consume sin ningún pudor todo tipo de drogas por toda la ciudad. Los atracos, raponazos y asaltos a viviendas y comercios están a la orden del día, sin que encontremos una zona de la ciudad que garantice tranquilidad y seguridad, gran activo que tuvo Neiva hasta hace unos pocos años.
Debemos indagar el origen de esta situación, los Neivanos estamos frustrados, se respira en la ciudad un abierto repudio a estas situaciones y un descontento con el desempeño de las autoridades civiles y policiales que no logran dar soluciones reales y efectivas al caos que vive la ciudad. Parece que estamos ante una desconexión entre los ciudadanos y los que nos gobiernan, no se entiende por qué la administración y la policía no actúan con la celeridad y la contundencia necesaria ante tanto malestar que reina en la ciudad.
Queda un año de gobierno, para acercarse más a la comunidad sin prevenciones, escuchar sus reclamos y dar soluciones efectivas. Existe una alta desmotivación, desánimo e indiferencia colectiva que no puede estar allí para quedarse, Neiva tiene que despertar en sus anhelos con entusiasmo, no podemos perder la esperanza de volver a ser la ciudad amable, servicial y pujante que una clase dirigente y gremial acabó postrándola y poniéndola al servicio de los intereses económicos de unos pocos a costa de la desgracia del resto.
Miremos con optimismo la posibilidad de poder llegar con nuevas expresiones de cambio a la administración de la ciudad, necesitamos candidatos que conjuguen experiencia, conocimiento y pasión por servir a la ciudad y con ellos hacer lo que he venido promulgando: “Un Acuerdo Para Vivir Mejor”.
cyepes@hotmail.com
