Diario del Huila

Una soñadora que siempre cae de pie

Oct 30, 2021

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DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL

Por: Rolando Monje Gómez

Aunque de niña soñaba con ser médico, finalmente se dedicó a la administración y a través de su profesión ha estado al frente de destacadas empresas del departamento. Andrea del Pilar Bautista es una mujer sencilla, responsable y soñadora, que adora a su familia. Ella es nuestra invitada hoy a Muy Personal.

“Cuando era niña, según cuenta mi mamá, era muy inquieta y en alguna ocasión, como a los cuatro años de edad, estábamos haciendo una visita y de pronto me perdí. Al poco rato suena un estruendo en el techo de la casa y todos salieron a mirar qué había pasado. Yo me había subido al techo y al pisar una teja pasé derecho y me caí. Y sorprendentemente caí de pie”, recuerda Andrea del Pilar Bautista, quien afirma que siempre ha caído de pie “y le doy gracias a Dios porque las cosas que yo he tenido en mi vida todas han sido para mejorar”.

Andrea del Pilar Bautista Perdomo nació en el municipio de Pitalito, proveniente de una familia muy unida. Su padre, Germán Bautista Serrano, fue toda la vida empleado bancario y su madre, Betina Perdomo Quintero, ama de casa. “Los dos nacieron en Neiva, pero por asuntos laborales de mi papá tuvieron que radicarse allí, donde nacimos parte de los hijos. Yo soy la cuarta entre cinco hermanos”.

Las imágenes de su niñez la muestran como algo espectacular, los recuerdos que vienen a su memoria son de una niñez feliz, muy feliz. “Mi padre tenía una finca en El Higuerón, tuve la dicha de poder estar en el campo, disfrutar de mis abuelos, ver el proceso de elaborar pan en el horno, la unidad familiar. Todo se hacía en torno a la familia”, comenta.

Igualmente afirma que en su adolescencia fue muy feliz, en Pitalito inició su bachillerato en el Colegio La Presentación, donde realizó muchas actividades deportivas, académicas, declamaba y escribía. “Le aprendí a coger amor a la poesía, a la declamación, se me facilitaba, practicaba gimnasia olímpica, era bastonera, hacía parte de todo lo que había en el colegio. Era muy hiperactiva”, recuerda Andrea del Pilar.

Andrea del Pilar junto a su esposo Julio César Andrade.

Para esos años eran muchas las actividades que realizaba, aunque no todo era colegio, también acompañaba a su mamá en algunos temas religiosos, por lo que fue catequista. De su infancia cree que de pronto le faltó continuar con el tema del deporte, porque con su familia se trasladó a Neiva y tuvo que dejarlo a un lado.

Andrea del Pilar considera que sus padres son la representación de la unidad, el cariño, el respeto a Dios, han sido su patrón de referencia frente a la unidad familiar, frente al proceso de acompañamiento con sus hijos. “Mi papá ha sido un hombre súper generoso, mi mamá muy entregada a sus hijos, creo que hicieron un buen papel”, afirma.

Su bachillerato lo terminó en el Colegio de la Policía, con muy buenos resultados académicos. Al graduarse ingresó al Sena a estudiar secretariado y estuvo en el Banco de la República como pasante. Un semestre después ingresó a la Universidad Surcolombiana a estudiar administración financiera. Allí conoció a Julio César Andrade un joven compañero, que ya tenía otra carrera a cuestas. En paseo a Tolemaida los tocó el amor y seis meses después se casaron. De so ya han pasado 26 años.

Durante trece años estuvo vinculada al sector financiero, inicialmente en el Banco Agrario, “luego pasé a Fosfatos del Huila donde tengo la posibilidad de conocer todos los cargos de tipo administrativo y luego acepté la convocatoria para director de Fenalco, donde estuve cinco años y se hizo una labor importante. Por un corto tiempo estuvo en la Zona Franca y hoy desempeña una importante labor en la Electrificadora del Huila.

Su hija menor Valentina, Andrea del Pilar, su esposo Julio César y María Camila su hija mayor.

Su familia

Con Julio César Andrade, su compañero de universidad, con el que terminó casándose pasados solo seis meses desde aquel paseo a Tolemaida, hoy tiene tres hijos: María Camila, Julián Andrés y Valentina y una nieta, Celeste, que es la adoración de la familia.

“Mis dos hijas estudian derecho y mi hijo que vive fuera del país, está dedicado al deporte. Julio César, mi esposo, trabaja en la Usco y es autor de tres libros, todos enfocados en el tema de finanzas. Somos una familia muy unida, nos apoyamos entre todos, somos el uno para el otro, católicos, siempre tratamos de buscar lo mejor para todos y estar a gusto y en tranquilidad. Tengo muchos referentes lindos de mi familia que siempre buscan la unidad y eso lo replico con mis hijos”, afirma.

Andrea del Pilar confiesa que dentro de las cosas que siempre ha querido hacer está el hablar inglés, cuenta que ha iniciado muchos cursos, pero realmente le ha faltado tomar más decisión para culminarlos. Eso si afirma sentirse muy orgullosa de la persona que es, “todo lo he hecho a pulso, nada me lo han regalado, siempre doy lo mejor de mí, me doy al servicio”.

De su infancia en Pitalito tiene los mejores recuerdos.

Para ella su esposo ha sido su complemento ideal, en muchos temas, él tiene muchos detalles y cualidades bonitas. “Es un buen conversador, un buen amigo, es la persona con la que yo me siento tranquila, es el hombre de mi vida, protector y responsable, la compañía ideal para mi vejez”, señala.

Considera que si tuviera que corregir algo de su vida sería el no haber sido mamá tan joven, pues cree que de esa les había entregado más a sus hijos, sobre todo calidad de tiempo. Para Andrea en todos los papeles que ha ‘representado’ en su vida se ha sentido a gusto. “Cada uno tiene un complemento, me siento a gusto sirviendo, cuando yo sirvo lo hago con total desprendimiento. No me llama la atención la política, me gusta más el papel de atrás antes que el protagónico”.

Andrea comenta que de niña su sueño era ser médico, pero se fue diluyendo con los años hasta que se graduó de bachiller, hoy su mayor anhelo es ver cumplir realizados los sueños de sus hijos, además viajar un poco más, tener mucho tiempo para hacerlo. “También quería ser gerente y ese sueño si lo cumplí”, afirma.

Finalmente, Andrea del Pilar Bautista, quisiera que la recordaran como una persona sencilla, responsable, soñadora, servicial, por su esencia, como esa niña hiperactiva que cayó del techo, ¿O del cielo?, siempre de pie, de la mano de Dios.

Sencilla, responsable, soñadora, servicial, por su esencia, así le gustaría que la recordaran.

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