Elda del Socorro Tovar y Nubia Bahamón son vecinas en el barrio Chicalá, norte de Neiva; desde hace varios años, ahora además de su condición de vecinas las une un emprendimiento que primero aprendió una de ellas, pronto se lo compartió a su vecina y desde entonces especialmente para la temporada de fin de año hacen pesebres y adornos navideños con vidrio como materia prima. Esta es una historia contada a dos voces de un trabajo que se realiza con cuatro manos.
Caminando por el centro de Neiva en busca de historias de vida, para llevar a nuestros lectores en una de las tantas paradas obligadas por lo llamativo de algún trabajo u oficio, encontramos a dos mujeres que están frente a un stand en el parque Los Fundadores o mejor conocida como la Plaza Cívica, en el corazón de la capital del Huila.
Son Elda del Socorro Tovar y Nubia Bahamón, dos emprendedoras que respondieron a la convocatoria para participar en una feria de emprendedores. La primera en contar sobre su emprendimiento es Elda del Socorro; “somos vecinas, Nubia vive enfrente de mi casa, a nosotras nos gustan las manualidades y a través de una amiga en Bogotá, me enseñó a hacer muchas cosas, fue así como comenzamos y cada año lo que sacamos gusta y se vende por novedoso porque es llamativo y luce en el Hogar”.
Las dos vecinas elaboran especialmente pesebres en material de vidrio reciclado y adornos para mesas de centro o el comedor, esquineros y otros.
“Nosotras trabajamos, con espejos, con gemas, floreros en vidrio, adornos navideños, frutas para las mesas de comedor, agregó, Elda del Socorro, quien contó que antes tenía un salón de belleza, el que prácticamente abandonó por la pandemia y espera retornarlo próximamente”, dijo.
La elaboración
Lo primero que hacemos es comprar espejos que mandamos a cortar de acuerdo a lo que se vaya a elaborar, los otros materiales y luego nos reunimos en la casa de Nubia y pasamos a diseñar, vemos tutoriales por YouTube, “mira este modelo queda bonito aquí, esto me gusta o no me gusta, vamos cuadrando las cosas, color con color y vamos llegando a acuerdos hasta que se hace realidad el diseño y luego el adorno”, contó Elda.
A cada comentario de Elda del Socorro, Nubia Bahamón, la mayor entre las dos, ya está pensionada, por lo que esto pasó de ser un hobby a una realidad de emprendimiento con el que se ganan unos recursos adicionales para darse los gusticos de navidad y fin de año, se suma, afirmando, con sus ojos, “está que se habla”.
Trabajo manual y mental
Una de las cosas a resaltar del trabajo de estas dos vecinas, que lucen entusiasmadas por contar su historia, es que es una labor realizada con las manos, que requiere imaginación, diseño y compromiso hasta llegar al producto final.
“El trabajo lo realizamos especialmente para fin de año, comenzamos a finales de agosto para tener una buena producción en diciembre que es cuando más se vende, hemos llegado a vender hasta $5.000.000 de pesos, sacamos lo del plante y lo demás lo partimos como debe de ser”, relató Nubia.
Nubia es pensionada del antiguo Seguro Social, “gracias a Dios tengo mi pensión y con esto además de generar unos recursos, hago terapia mental, esto es muy bueno para mantenerse tranquilo, es una terapia muy buena”, agregó.
Las dos socias coinciden en que si se dan las condiciones y las personas que quieran aprender de su arte están dispuestas a enseñar, “estamos en condiciones de transmitir los conocimientos a quienes se muestren interesados en el tema”, manifestó Elda al tiempo que pasó a contar cómo consiguen los materiales; “tenemos quien nos surte de espejos, luego en el comercio compramos los floreros, siempre escogemos lo que nos va gustando y vamos sumando hasta que tenemos lo necesario para la producción”.
Nunca han tenido momentos de flaqueza, “empezamos antes de la pandemia y nos fue superbién, llegó la misma y nos mermó un poquito, pero después retomamos, ahora estamos empezando de nuevo con todas las fuerzas y dedicación”, agregó Nubia Bahamon.
