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Vendedores de flores del cementerio central sobreviven en medio de la crisis

Jul 16, 2021

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DIARIO DEL HUILA, CIUDAD

Por: Hernán Galindo

Van quedando pocos, realmente sobreviven o intentan sobrevivir en medio de la crisis generada por la pandemia y la crisis económica que vive Colombia, sumado a la revuelta social. Son los vendedores de flores del cementerio central en Neiva.

De acuerdo con los vendedores, de flores frente al cementerio central de Neiva, ese tipo de comercio ha sido afectado desde que se dictaron las primeras restricciones por parte del Gobierno, con la aparición de la pandemia hace ya más de 18 meses. Luego llegaron las restricciones generadas por las movilizaciones y los paros que tanto han afectado la economía.

Doña María Elena es una de las vendedoras más antiguas lleva más de 30 años no quiso hablar, pero su hija Clara nos atiende y recuerda que “desde pequeñita la mamá la llevaba al lugar de venta de flores, le fue enseñando para hoy en día seguir ayudándole especialmente los lunes en la tarde, día en el que la gente por tradición visita las tumbas de sus seres queridos en este lugar santo”, dice.

Continúa y manifiesta que con la pandemia el acceso al cementerio se ha hecho mucho más restringido. “Sólo se abre el cementerio los lunes y algunos días, pero pocas horas por lo que se ha dado el caso que se pierden las flores. Hace una pausa, le insiste a su mamá que nos cuente la historia de vida de más de 40 años como vendedora de flores, pero esta hace un gesto de poco agrado y se aleja.

Clara se disculpa, “ella es así”. Cuenta que las flores que les traen de Bogotá en muchos casos se pierden por las bajas ventas. Las pérdidas no se compensan son pedidos que hay que pagarlos y entonces a veces debemos recurrir al paga diario”, añade.

Karina Castillo, vendedora de coronas en el lugar recuerda que la época que más flores se venden es para el día 1 y 2 de noviembre, días de todos los santos y de los fieles difuntos respectivamente. “El año pasado fue casi de pérdida total, fueron muy bajas las ventas, recuerda. Esperamos que este año haya bajado el pico de la pandemia y los ingresos a los cementerios sean total y permanente. Ahora hay muchas restricciones incluso para los sepelios”, indica.

“Ha sido muy difícil porque han bajado las ventas y la producción ha costado mucho. El año antepasado fue muy bueno porque para esta fecha ya teníamos muchos pedidos, pero ahora las ventas son inciertas. Esperamos que abran los cementerios”, dijo Castillo.

La comerciante agregó que, para estas fechas especiales como las mencionadas elaboran gran cantidad de coronas y ramos con lo que se hace un buen recurso en lo económico, reflexiona.

John Jairo Galindo quién es hijo de doña Marina Lara, vendedora de flores por más de 36 años, ya retirada, acepta contar cómo sobreviven en medio de la crisis.

“Mi madre es una señora de muchos años en el negocio. Más de 36 años como vendedora de flores y como ella no puede llegar a trabajar y atender el negocio, yo estoy ahora al frente del mismo, relata con seguridad. Continúa y manifiesta que es agradecido porque en medio de la crisis de la mano de Dios vive él y su familia que está conformada por siete personas dentro de las que cuenta a su progenitora.

El trabajo nos ha servido para sobrevivir, pero con lo de la pandemia las ventas se vinieron abajo, pero gracias a Dios logramos soliviarnos y sobrevivir. Hace cuentas y agrega que cuenta que actualmente hay unos 12 puestos de más de 30 que alcanzaron a ser. Intentaron en una oportunidad asociarse, pero no se pudo surgió la idea, pero es muy difícil ponerlos a todos de acuerdo. Se quería a través de una cooperativa coordinar el trabajo. La idea no fructificó porque la gente no es unida, cada quien tira para su lado”, suma.

Las flores una parte llega de Bogotá otra de Medellín y también del cauca. Las flores que venden son entre otras; pompones, margaritas, astromelias, girasoles rosas y claveles o clavelinas, relata. “Hay ramos desde $2000, $3.000 o $5.000 o docena de clavel a $7000, los pompones a $5.000, buenos precios y flores frescas. Nosotros vendemos al detal y muy poco al por mayor. Lo poco que se vende es para las iglesias no para mandar a otras poblaciones cómo se hace desde Bogotá, Medellín, o Popayán”, explica.

Para este señor de 38 años, diez de los cuales los ha dedicado de lleno al negocio, se puede vivir de esto, pero con disciplina y entrega. “En el caso particular, he sabido manejar por fortuna, no se pierde la flor porque yo mantengo bien presente cuáles son las flores que se van a necesitar, continua.

Por ejemplo, si vendo 20 paquetes de pompones a la semana siguiente pidió por ahí dos más pero no me exagero y si me va mal a la siguiente semana le mermo a los pedidos y así me nivelo. Dice que se puede vivir con un propósito y estando de la mano de Dios y sabiendo administrar porque esa es plata de bolsillo y si no se sabe administrar se hace difícil en el caso de ellos lo han sabido administrar”, concluye.

Marcela Rojas, otra representante del sector de las flores del cementerio central, dijo: “ha sido más de un año de pura pérdida, nosotros quisiéramos que la economía del país se reactive, por lo que le pedimos a las autoridades que piensen en las personas que queremos trabajar, por lo que le pedimos que abran permanentemente los cementerios”.

Amparo Carranza, otra vendedora afectada, dijo que las autoridades deben establecer una estrategia para los días como los lunes día en que por tradición las familias recuerdan a sus seres queridos que han fallecido y así garantizar que la economía de muchas familias no se vea más afectada.

Considera que se deben establecer horarios y que las familias ingresen a los camposantos por turnos, pues esta es una de las fechas más importantes para los neivanos.

Ingreso al campo santo con restricciones

 

Por ahora por las restricciones debido a la pandemia, de acuerdo a los propios vendedores que ven a diario los sepelios, el funcionamiento del cementerio se mantiene con varias limitantes como la cantidad de personas que puede ingresar a los camposantos para participar en sepelios; sin embargo, no se ha dado a conocer alguna estrategia para cambiar por ahora las determinaciones hasta tanto no baje el pico de la pandemia.

La oferta es variada para quienes asisten al campo santo.

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