Durante este periodo de intensas lluvias, se han venido presentando dramas humanos por la forma como las crecientes de los ríos y quebradas están afectando sus viviendas que se encuentran construidas en zonas de alto riesgo inundable, sin tener en cuenta los lineamientos establecidos en los Planes de Ordenamiento Territorial, para todos los municipios. Los POT constituyen para los entes territoriales, un proceso que les permite orientar el desarrollo del territorio y regular su utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo socioeconómico, en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales.
Hoy es indispensable para todos los entes territoriales, tener la oportunidad de actualizar sus normas urbanísticas para evitar esta clase de tragedias, que están viviendo decenas de familias huilenses, como lo ha difundido anteriormente en crónicas especiales el Diario del Huila. Mientras no se ordene el suelo, estas comunidades seguirán viviendo en serios peligros para sus vidas y el bienestar general.
En muchas ocasiones, la politiquería barata que impera en la mayoría de los municipios, ha permitido que con el afán de superar el déficit habitacional en sus localidades, las administraciones municipales les autorizan construir sus viviendas en las orillas de los ríos y en zonas de alta fragilidad geológica. Sin estudios técnicos y científicos, dichos funcionarios son irresponsables para que se tomen dichas decisiones.
De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), no es extraño que marzo sea mes de transición a la primera temporada de lluvias, para el famoso ‘abril. Los aguaceros, acompañadas de tormentas eléctricas y vendavales han golpeado a todos los municipios huilenses. Con ellos, hemos tenido afectaciones, principalmente, en vías principales y terciarias, perdida de cultivos, inundaciones y daños en viviendas. Es una situación complicada y ha generado una mayor atención de las autoridades de la Gestión de Riesgo del Departamento.
Los alcaldes deben estructurar planes estratégicos para reducir el riesgo de estas zonas de inundación. Recordemos que el proceso de la gestión del riesgo está compuesto por la intervención dirigida a modificar o disminuir las condiciones de riesgo existentes, entiéndase: mitigación del riesgo y evitar nuevo riesgo en el territorio, o sea en la prevención del riesgo. Son medidas de mitigación y prevención que se adoptan con antelación para reducir la amenaza, la exposición y disminuir la vulnerabilidad de las personas, los medios de subsistencia, los bienes, la infraestructura y los recursos ambientales, para evitar o minimizar los daños y pérdidas en caso de producirse los eventos físicos peligrosos. La reducción del riesgo la componen la intervención correctiva del riesgo existente, la intervención prospectiva de nuevo riesgo y la protección financiera.
