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Yuri Roció Omen Rivera: “mestiza, con corazón indígena”

Oct 8, 2021

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Diario del Huila, Crónica

Por: Hernán Guillermo Galindo

La mujer, de origen Yanakuna, ingeniería ambiental, aprende hoy de su cultura soñando ser gobernadora de su comunidad.

Yuri Rocío Omen Rivera es de la comunidad de los Yanakuna, del resguardo Rumiyaco, ubicado en Pitalito. La familia tiene largo origen indígena. El papá es uno de los líderes.

Ella nació fuera del resguardo por eso hasta hace poco tiempo comenzó a trabajar con su comunidad. Hoy, está en el proceso de conocer por dentro su territorio, su cultura y ancestros para ganarse su aceptación, pensando en el futuro ser su gobernadora.

El ‘pueblo’ yanakuna o yanaconas es un grupo indígena americano que habita el Macizo Colombiano en departamentos como Huila y Cauca. Es poseedor de raíces de su lengua quechua o Runa Shimi. Sus fuentes de identidad son el sol, el arco iris, el maíz, las vírgenes remanecidas, la música de flautas traversas.

Orígenes

Yuri es la segunda de tres hermanos, es la mayor de dos mujeres. En la casa tiene cierto liderazgo que se explica en que su padre ha sido gobernador y ha ocupado varios cargos de importancia tanto en el resguardo como en el orden nacional, dice.

Sin embargo, con un padre indígena y una madre occidental se considera mestiza, “pero con corazón indígena”, por eso su interés de trabajar en la comunidad, sostiene.

Sobre su infancia recuerda que fue en Pitalito, en donde nació hace 24 años, “aunque no tuve la fortuna y oportunidad de vivir en el resguardo, con mi gente”. El papá nació en Almaguer, en el Cauca, y por cuestión de territorio se instaló en el Huila y llegó al resguardo Rumiyaco.

La primaria la estudió en una vereda llamada La Reforma, en la escuela La Reforma, de primero a quinto elemental. En Palestina se formó de sexto a noveno, en El Quebradón. Ya tenía su primer hijo. Y 10 y 11 lo hicieron en Jaibana, “bachillerato fin de semana sabatino”.

En el año 2014 ingresó a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia en donde se graduó en ingeniería ambiental.

Actualmente, vive en Palestina y ahora como profesional ha tenido la gracia, comenta, de recorrer las 32 comunidades afiliadas al Consejo Regional Indígena recorrer los sitios sagrados de cada una de ellas y así le han oportunidades de conocerlos y aprender, que no tiene cualquier persona.

“Es un privilegio compartir, aprender, experimental, entrar a los sitios sagrados”, agrega, emocionada.

Aunque no ha sido empresa fácil. Al principio no tenía una aceptación. Antes de entrar a cualquier lugar le hacen un ritual de armonización y debe tener muy buena energía para proceder a los ambientes históricos y sagrados.

Cuenta que fue madre a los 14 años. Hoy, tiene un hijo de 10 y otro de 4 lo que le dificultó estudiar presencial. Sin embargo, hizo el esfuerzo y terminó su carrera para ahora adelantar un trabajo en el territorio a través de un vínculo laboral con la Corporación Regional del Alto Magdalena.

Labor social y comunitaria

El trabajo que viene haciendo es sobre el medio ambiente y la idea es caracterizar los sitios de interés ambiental de los predios adjudicados a las comunidades indígenas.

Es en ese marco en que ha podido conocer a las comunidades indígenas y aprovechar el entusiasmo de aprender, explica.

“Laboro con comunidades indígenas y con el Ministerio del Medio Ambiente se desarrolla la caracterización de los sitios ambientales dentro de la conservación y gestión del medio ambiente. Se debe fortalecer los saberes propios como en el caso del trueque andino y encaminarlos hacia la economía propia”, aclara.

El ámbito familiar actual es con sus hijos. Vivió 10 años con el papá de sus hijos, con quien tiene hoy una buena relación, “pero por los niños, que no viven en el resguardo”, expresa, con tranquilidad y bondad.

No viven en la comunidad por los distintos trabajos que los ocupan. Él también tiene que ver con construcción, con vías. Es topógrafo. Se comparten la custodia de los muchachos.

Yuri asegura que con cada día que pasa más se ha enamorado de las comunidades indígenas, y entiende que cada ‘pueblo’, cada comunidad o resguardo es diferente.

“Me siento satisfechas en el camino de reencontrar los orígenes. Hoy quiero seguir la ruta propuesta de apoyar las comunidades indígenas en el marco de lo que esté a mi alcance y en lo que le pueda ayudar con mi profesión. Porque ellos, somos, muy amantes del territorio y del medio ambiente”, cuenta.

Para llegar a ser aceptada hay que hacer un proceso, un camino que es largo, pero dice que le gustaría llegar a ser gobernadora y tendría que hacer todo un proceso.

“Para ser gobernadora la persona pasa por varios espacios comunitarios de participación, en la educación, en la organización, en guardia indígena”, explica.

Y agrega que “finalmente es la comunidad la que la propone y la que escoge, si la persona tiene actitudes de liderazgo y organización, responsabilidad con la gente y su cultura”, concluye, con esa meta puesta en la mente y en su trabajo.

Yuri Roció aspira algún día ser gobernadora de su resguardo indígena.

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