La escalada violenta contra policías en Colombia durante este 2022 es alarmante. Con corte al 21 de julio, la lista de uniformados asesinados es de 32 y 68 heridos. Hace un año, en ese mismo periodo, los muertos eran 24, lo que demuestra un aumento de los hechos violentos contra policías. Sin duda, el país asiste a una matanza sistemática de la que aún no hay reproche generalizado, más allá de los pronunciamientos del ministro de Defensa y los altos mandos militares.
Es así como las cifras, siempre crudas e inhumanas, muestran que, de los 32 asesinatos, siete se registraron en Antioquia, departamento que pasó de ser uno de los más tranquilos al más peligroso para miembros de la fuerza pública. Un salto que tiene al parecer un único responsable: el Plan pistola declarado por los criminales del Clan del Golfo para presionar una posible negociación con el Gobierno nacional.
A su vez, los otros departamentos con patrulleros asesinados son Meta, con dos casos; Caquetá, dos; Chocó, dos; Santander, uno; Norte de Santander, cinco; Cauca, dos; Bolívar, dos; Arauca, Cesar, Sucre, Nariño y Córdoba, un caso.