Según diversos estudios, el estrés en Latinoamérica se sitúa en márgenes cercanos al 70 y 80%.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
De acuerdo con datos de la OMS de 2021, casi mil millones de personas en todo el mundo sufren alguna alteración emocional o de comportamiento, sin embargo, más del 70% no tiene acceso a la atención que necesita. Este fenómeno se ve acrecentado durante las fiestas decembrinas, debido a los cambios bruscos en las rutinas, temas económicos e incluso metas de cierre y comienzo de año.
Pensando en esto, se ha querido exponer siete claves para hacer frente al estrés y la ansiedad en fechas especiales como lo son las de fin de año:
Duelos: ¿Cómo gestionar las ausencias?
Diciembre es una fecha que está cargada de significado emocional. Además, estas semanas cambian nuestro ritmo diario, nuestras exigencias y nuestras responsabilidades. Tenemos más tiempo para sentir, estar y ser, y eso hace que estemos más conectados con nuestros dolores y con temas pendientes de resolver.Algunas recomendaciones para gestionar los duelos son buscar una forma simbólica de recordar al ser querido fallecido y de honrar su recuerdo.
Alimentación para las fiestas
Es importante evitar comer muy tarde en la noche y reducir el consumo de dulces durante estas temporadas. Asimismo, es recomendable minimizar los alimentos procesados y evitar el exceso de bebidas alcohólicas y gasificadas. Comer lo más casero posible y que siempre haya una porción de verduras.
Las expectativas que se nos imponen en el mes de diciembre
Muchas veces podemos idealizar esta época y con ello crear unas expectativas desajustadas de lo que nos espera. Pasa algo parecido cuando idealizamos y cargamos de expectativas la llegada del fin de semana. Cuanto mayor es la sensación de restricción y sacrificio durante la época de trabajo, mayor puede ser la necesidad de disfrutar y por tanto ponemos más expectativas en ese período.
Vacío, ansiedad y angustia en este mes
La temporada de las fiestas con frecuencia trae consigo unos invitados no deseados: el estrés, los trastornos de ansiedad y la depresión. Y no es de sorprender. Las fiestas con frecuencia presentan una gran cantidad de exigencias: preparar comidas, hacer compras, hornear, limpiar y recibir huéspedes, por nombrar solo algunas. No deje que las fiestas se conviertan en algo a lo cual temer. En su lugar, siga los pasos para evitar el estrés y la depresión que pueden desencadenarse durante las fiestas. Aprenda a reconocer qué lo provoca, como las presiones financieras o las exigencias personales, para que logre combatirlo antes de que provoque un colapso.
¿Cómo entrar psicológicamente al nuevo año?
El principal motivo que impide cumplir los buenos propósitos, la mayoría de las veces es el miedo al cambio, a salir de la “zona de confort”. En un sentido metafórico, el contador se pone en 0, y tenemos otras 365 páginas en blanco que llenar de vivencias, recuerdos, anécdotas y mucho más. Los últimos días del año son el mejor momento para establecer una lista de propósitos que queremos.
¿Qué pasa cuando no podemos regalar lo que nuestros hijos nos piden?
Los niños necesitan disfrutar de actividades en familia, recibir abrazos, besos, caricias y refuerzos verbales positivos. Los regalos materiales excesivos no son otra cosa que intentar acallar todo aquello que no podemos darles y que nosotros como padres no sabemos gestionar. Al regalar a nuestros hijos todo aquello que piden, ellos aprenderán que siempre tendrán lo que quieran, sin ser conscientes del esfuerzo necesario para conseguirlo. De esta manera, no se podrán exponer a situaciones que generen tolerancia a la frustración.
Las fiestas con paternidad compartida
Con la cercanía de la Navidad, es normal preguntarse qué ocurre en esta época del año con la custodia compartida. ¿Con quién deben pasar los menores estos días tan especiales? ¿Se puede hacer algún cambio en caso de que alguno de los progenitores así lo necesite? Lo más común en estos casos, tanto si existe custodia compartida como si no la hay, es que el período vacacional navideño de dos semanas se reparta por igual entre los progenitores. Los niños pasan una semana (incluyendo Nochebuena y Navidad) con un progenitor, y la otra (incluyendo Vísperas de Año Nuevo) con el otro. Lo normal es ir alternando estas semanas de año en año.
“A diferencia de otros estresores cotidianos que se pueden contrarrestar adoptando conductas saludables, el estrés crónico, si no se trata, puede tener consecuencias graves para la salud. Entre otras, ansiedad, insomnio, dolor muscular, alta presión y debilitamiento del sistema inmunitario”, concluyó Ximena Sureda, psicóloga.