Por: Carlos Tobar
En una carrera desenfrenada se ha convertido la aprobación de la solicitud de un crédito por $80.000 mil millones de pesos que el alcalde German Casagua ha presentado al Concejo Municipal.
Para hacerlo, la administración municipal no ha ahorrado nada. La pesada del equipo gubernamental, encabezada por el propio alcalde y su secretario de Hacienda, se han dedicado con gran celo, a “convencer” a la mayoría de los cabildantes, de que el proyecto es la salvación para Neiva.
Aún si tal propuesta hace a un lado el mismísimo Plan de Desarrollo que, por lo visto, se reducirá a la lista de mercado que contiene la solicitud de endeudamiento.
Lo digo porque un endeudamiento de ese calibre, más el que arrastra la municipalidad por los compromisos autorizados al anterior gobierno, suman la friolera de $170.000 millones de pesos. Si entendemos que una deuda compromete ingresos futuros y, además, la solicitud de crédito contempla un plazo de gracia para abonar a capital hasta cuando termine el actual período, los manejos financieros de los próximos gobernantes serán bien complicados.
Un endeudamiento de ese calibre se justificaría si las inversiones a realizar fueran a transformar de manera significativa la situación económica del municipio. La verdad es que fuera del compromiso, al parecer ineludible, del Sept, por exigencias del gobierno nacional, el resto de las propuestas parece que hubiesen sido elaboradas por Gorky Muñoz. Tienen su talante.
De paso, hay que recordar que los compromisos adquiridos en el Sept, consignados en acuerdo municipal, comprometerán importantes recursos del presupuesto municipal, cuando ese sistema entre en funcionamiento, especialmente en el subsidio de la tarifa del servicio. Otra pata que le nace al cojo.
Una ciudad que tiene todas las carencias, miles de necesidades, muchas de ellas estructurales: la garantía del agua potable, un alcantarillado adecuado, la infraestructura de educación y salud…, que presenta desequilibrios inmensos en la densidad de población por hectárea, con habitantes que en su mayoría (cerca del 80%) no tienen ingresos suficientes para solventar sus necesidades básicas, menos para contribuir a la construcción de ciudad y municipalidad. Que no tiene una vocación económica definida, sin planeación de su desarrollo a 30 o 50 años y un larguísimo etcétera. ¿Puede darse el lujo de aprobar un endeudamiento como el que se está solicitando? ¿Para proyectos de ocasión?
¿No es una incoherencia total del alcalde y su equipo de gobierno? ¿De la mayoría de los integrantes del concejo municipal?
De manera inevitable, surge la pregunta perversa. ¿Cuál es el negocio? ¿Cómo en el pasado reciente, otra vez, hay un pacto secreto para repartirse en comisiones innombrables los escasos recursos del municipio? Porque, termino como empecé. Es muy sospechoso el trámite de esta triste iniciativa que cursa en el concejo. Ojalá me equivoque.
Neiva, 02 de diciembre de 2024