Por: Santiago Suarez Flórez
Hace unos días el gobierno de Gustavo Petro recalcó que quiere potencializar los minerales estratégicos tales como litio, cobre, níquel, cobalto, magnesio y hierro, que son claves para la transición energética. Es claro que estos minerales se están poniendo en el mapa global de inversiones y Colombia no se debe quedar atrás. Cabe recalcar que esta iniciativa en Colombia no es nueva ni es obra del gobierno entrante, desde el gobierno Duque se iniciaron y se llevaron a cabo rondas mineras de minerales estratégicos como el cobre y el níquel, que a su vez fueron adjudicadas a diferentes compañías para iniciar la etapa de exploración.
Actualmente las concesiones de cobre están en diferentes etapas de desarrollo, actualmente Colombia cuenta con al menos 13 proyectos importantes que se están ejecutando en diferentes zonas del país como, por ejemplo: Quebradona, El Roble, Mandé Norte, El Carmen, San Matías, Comita, Pantanos y Mocoa. Estos proyectos si llegan a producción generarían un montón de beneficios para la zona, desde empleo, obras sociales e impuestos.
Lo que es cierto es que comunicados como este por parte del gobierno confunde a los inversionistas. Por un lado, el gobierno quiere acabar con la economía extractiva como lo ha dicho el presidente Petro y por el otro lado quiere incentivar la inversión en minería de minerales estratégicos. El gobierno quiere apoyar los minerales estratégicos, pero la bancada del pacto histórico desde hace cuatro años lucha incansablemente para que no se aprueben los permisos ambientales de la mina Quebradona que pertenece a AngloGold Ashanti, esta mina es una de las minas con mas reservas de cobre de la región.
Si Colombia quiere aprovechar el ciclo de precios de los minerales estratégicos debe tener una seguridad jurídica muy rigorosa y efectiva para este tipo de proyectos. Los inversionistas necesitan tener claro cual van a ser las reglas de juego y no después de que estén trabajando, hayan invertido una suma importante de dinero para cumplir con los requisitos de la Agencia Nacional de Minería y luego no les permitan seguir desarrollando su actividad. Por supuesto cumpliendo con todos los estándares ambientales y requisitos propuestos por las entidades ambientales competentes.
Es clave aclarar también que Colombia debe de exportar estos minerales, al menos hasta que exista en Colombia una industria importante que necesite de estos minerales en tal magnitud, solo se espera que cuando estén en full producción y generando caja no les pongan impuesto a la exportación como lo pretenden hacer con el Carbón y el oro en la reforma tributaria que se esta debatiendo en el congreso de la república.
