Deshojando margaritas
Por Margarita Suárez Trujillo
Cuando supe con anticipación la fecha y hora de la muerte del empresario huilense, José Nelson Flórez Montero, me sobrecogí. A los que conocimos la noticia, entre ellos su gran amigo, Luis Humberto Villarruel, nos dejó sin palabras. Complicado aceptar que alguien en plenas facultades mentales decida su destino y planee el momento de su deceso. Lo había visto en películas, pero no en la vida real. “He tomado la decisión difícil pero sensata de acudir al procedimiento de muerte digna”, dijo Nelson a su familia y amigos a través de Facebook. La Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente, que apoya a las personas en su decisión, describe morir dignamente como un derecho inalienable de todo ser humano. La Eutanasia es una de las opciones de muerte digna. Es un derecho reconocido en Colombia que lleva a cabo un médico, por petición voluntaria y meditada del paciente, para causar su muerte ante el sufrimiento intolerable en etapa terminal, o por enfermedad crónica e irreversible con alto impacto en la calidad de vida, y para la cual la medicina aún no tiene tratamiento curativo. En el caso de Nelson, nuestro querido amigo venía sufriendo dolores insoportables por causa de varias complicaciones de salud, entre ellas un cáncer. Explicó en momentos previos a la hora indicada: “Medicamente se acabaron las opciones curativas y se restringieron las paliativas para continuar con mi vida, ya maltratada por intensos dolores en el desenlace de una enfermedad que enfrenté con valor los últimos dos años”. El deceso se produjo en Bogotá y este fin de semana serán traídas sus cenizas a Neiva para rendirle homenaje por su trayectoria como cooperativista, empresario y líder de opinión. Tenía 70 años y se desempeñaba como gerente de Imporgas y CDA del Huila. Propietario de la empresa Estación La Pradera ubicada en el norte de Neiva. Le sobreviven cuatro hijos, dos nietos y una más que viene en camino. A todos ellos, al igual que a sus hermanos, nuestro abrazo solidario. Nelson siempre estará en el corazón de sus amigos, a quienes dirigió sus últimas palabras a manera de consejo: “Nunca dejen de luchar por lo que se propongan alcanzar, tengan siempre a su lado a la familia, motor indiscutible de todo lo querido”. DEP.
