Por: Armando Saavedra Perdomo
Cuando nos preguntamos ¿por qué nos da tanto miedo cambiar? se nos olvida que traemos una carga psicológica negativa que en muchos casos nos impide hacerlo.
“Es mejor un mal arreglo que un buen pleito”, o “Aprende a ser feliz con lo que tienes”, son frases que escuchamos decir a nuestros padres, maestros y familiares desde una temprana edad. La verdad es que no hay que culpar a nadie, porque en realidad estos comentarios son legados que van de generación en generación convirtiéndonos en seres conformistas, complacientes, adaptados, mansos y por qué no decirlo, mediocres; con miedo a mirar más allá, a buscar algo mejor para nosotros o para nuestras vidas.
Acostumbradas a esa vida, vemos maltratar a miles de mujeres quienes por miedo a denunciar o peor aún, al que dirán, se convierten en víctimas de sus verdugos llamados esposos, novios o compañeros. Ahora bien, una pregunta simple sería, ¿por qué no los dejan? por qué permiten que les hagan daño? y la respuesta también es simple, miedo al cambio, a una nueva vida, a comenzar de nuevo, porque casi que en un 95% las personas dicen, “Es Mejor malo conocido que bueno por conocer”, o se resignan porque “matrimonio y mortaja del cielo bajan”, otra de estas frases lapidarias. De igual manera, encontramos en nuestras vidas compañeros de trabajo frustrados quienes medianamente cumplen con su labor, que no sienten pasión por lo que hacen, por lo cual nunca están satisfechos y se convierten en personas frustradas acostumbradas a que el sistema marque el ritmo de sus vidas, porque la sociedad les ha enseñado que “Es mejor pájaro en mano que cientos volando”
Esa es la sociedad que se conforma con un país mediocre, gobernado por políticos corruptos que trabajan solo para un beneficio propio y familiar. No es raro encontrar a grupos de personas que critican al senador que duerme plácidamente en las sesiones del congreso, o lapidan al representante que nunca asiste a su trabajo y va solamente a cobrar un millonario sueldo, así como al concejal, diputado o representante que es elegido periodo tras periodo por grupos de personas que se escudan tras la frase: “era el menos malo”, o “fue el que más plata gastó”, o “pobrecito quedó de segundo la última vez”, frases que escuchamos siempre después de una elección política, y ¿eso que? Me pregunto, ¿tenemos derecho a tener al mejor?, o nos conformamos?, seguimos eligiendo a los que nos maltratan, nos mienten, y nos engañan solo porque es mejor malo…
Yo creo que el mundo nos está dando una lección de cambio, y es hora de empezar a cambiar y dejar un mundo mejor a nuestros hijos a esa generación que viene tras nosotros y que algún día dirán con orgullo, quienes hicieron el cambio fueron mis padres.
Para reflexionar: cayó nieve en Grecia, en el eje cafetero y en otros lugares del mundo donde nunca nieva. ¿Que está pasando? ojo con el cambio climático.