Johan Rojas
Este lunes el Premio Nobel de Medicina fue atribuido al sueco Svante Pääbo, de 67 años, por la secuenciación del genoma de los neandertales y la creación de la paleogenómica. “Al revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los seres humanos vivos de los homínidos desaparecidos, sus descubrimientos han dado la base a la exploración de lo que hace de nosotros, humanos, seres únicos”, dijo el jurado.
Agregó además que, “Las diferencias genéticas entre el Homo sapiens y nuestros parientes más cercanos desaparecidos hoy no se conocían hasta que fueron identificadas gracias a los trabajos de Pääbo”.
Pääbo descubrió que se produjo una transferencia de genes entre estos homínidos hoy desaparecidos y el Homo sapiens. Este flujo antiguo de genes hacia el hombre actual tiene un impacto psicológico, por ejemplo, en la forma en que nuestro sistema inmunológico reacciona a las infecciones. Esto no es todo, pues su padre, Sune Bergström, ya recibió el Nobel de Medicina en 1982.
El premio se acompaña de una recompensa de diez millones de coronas (unos 900.000 dólares). Finalmente, el año pasado, el galardón recayó en los estadounidenses Ardem Patapoutian y David Julius por sus descubrimientos sobre la manera como el sistema nervioso transmite la temperatura y el tacto.