De aquel Barcelona que hasta hace unos años brillaba con sus títulos en Europa y que se posicionaba como un modelo institucional para imitar poco queda por estos días. A los magros resultados deportivos se le ha sumado una cadena de escándalos internos que han erosionado la imagen del club y de sus dirigentes, al punto de que el propio Lionel Messi ha reconocido sus intenciones de alejarse y buscar nuevos rumbos en su carrera. En ese marco, el BarçaGate se ha convertido en una de las causas más resonantes de estos tiempos y este lunes derivó en la detención del ex presidente Josep Maria Bartomeu y otras tres personas vinculadas a su gestión.
En febrero de 2020, el programa Què T’hi Jugues de Cadena Ser hizo público un informe que revelaba que la directiva del Barcelona había contratado a una empresa de servicios digitales denominada I3 Ventures con el objetivo de emprender una campaña de desprestigio en redes sociales contra personalidades contrarias a la gestión de Bartomeu. Entre ellos había jugadores y ex jugadores del club como Lionel Messi, Gerard Piqué, Xavi y Carles Puyol, pero también ex presidentes de la institución como Joan Laporta, directivos opositores como Víctor Font, políticos y empresarios catalanes.
Aunque en un principio Bartomeu y sus allegados intentaron desmentir los vínculos con la empresa I3 Ventures, las pruebas fueron contundentes y el propio presidente debió reconocer en público la contratación de sus servicios, aunque negó rotundamente que fuera para emprender una campaña de desprestigio.
“A la pregunta de si hemos encargado el monitoreo de las redes sociales, la respuesta es SÍ, y lo seguiremos haciendo. A la pregunta de si hemos encargado desprestigiar personas o instituciones a través de la redes sociales, la respuesta es NO, y perseguiremos a quien nos acuse de ello”, señaló en aquel entonces.
El escándalo no terminó allí debido a que la Ser también reveló que presuntamente el Barcelona había pagado un sobreprecio por los servicios de I3 Ventures (cerca de un millón de euros cuando ese trabajo no se presupuesta por más de 150 o 200 mil en el mercado) y que el costo total de lo pagado había sido dividido en varias facturas, todas ellas menores a 200 mil euros debido a que por debajo de ese monto no se requiere la aprobación de la comisión de control.
Emili Rousaud, el ex vicepresidente del club que presentó su renuncia en abril de 2020, tuvo fuertes declaraciones en ese sentido. “Sinceramente, creo que en este caso, alguien ha metido mano en la caja. No sé a qué nivel ni si el presidente lo sabía, pero me parece claro”, disparó, y agregó: “No sé quién ha podido ser, pero tengo la idea que sí. Cuando pagas un millón de euros por algo que vale 100.000 euros… No sé quién ha sido, pero uno se puede hacer una idea”.
El caso ingresó en la Justicia cuando los socios reunidos en la agrupación Dignitat Blaugrana presentaron una demanda por administración desleal y corrupción entre particulares en el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, el mismo que este lunes ordenó el allanamiento de las oficinas del club con el objetivo de recopilar información y documentos vinculados a la causa.
Con el objetivo de intentar aclarar la situación, el Barcelona ordenó una auditoría externa a una empresa llamada Price WaterHouse Coopers. El informe final se presentó en julio de 2020 y dejó en claro que se habían cometido serias irregularidades.
No solo se pagaron sobreprecios, sino que también se dividió el pago en facturas menores a 200 mil euros para que estas no requirieran de la probación especial de la junta directiva. Jaume Masferrer (director del área de presidencia y uno de los hombres de mayor confianza de Bartomeu) quedó en el centro de las acusaciones al revelarse que era conocedor y partícipe del servicio que la empresa contratada estaba prestando, tanto en lo que se refiere a los perfiles identificados (de las redes sociales), como a la intervención “en la conversación en los medios digitales y/o redes sociales”.
También se aseguró que “el Barça fue conocedor de la existencia de los perfiles identificados, ‘Respeto y Deporte’, ‘Sport Leaks’ y ‘Alter Sports’ con la intención de redireccionar el foco de la conversación”.
El escenario plantado llevó a que diversas agrupaciones de socios del Barcelona iniciaran una moción de censura con el objetivo de terminar con el mandato de Bartomeu. Consiguieron casi 20 mil firmas para iniciar el proceso, pero el máximo directivo de la institución decidió no llegar hasta esa instancia y el 27 de octubre de 2020 presentó su renuncia al cargo.
A cuatro meses de su alejamiento del club, Bartomeu fue detenido este lunes. También fueron apresados Òscar Grau y Romà Gómez Ponti, CEO y director del departamento jurídico del club, y el mencionado Jaume Masferrer. No se descarta que haya más arrestos en las próximas horas.
La causa parece cerrarse cada vez más en torno de la figura de Bartomeu y de aquellos que estuvieron más cerca de él durante su gestión. Mientras, Barcelona se prepara para celebrar nuevas elecciones el próximo domingo 7 de marzo. Allí se elegirán a las autoridades que conducirán los destinos del club en el próximo período y que intentarán revertir la mala imagen que ha tenido la entidad en los últimos tiempos para retomar el camino del éxito.