DIARIO DEL HUILA. CULTURA.
La escritora francesa es la décimo séptima mujer en ser galardonada con la máxima distinción literaria del mundo.
Coraje. Esta podría ser una buena palabra para describir la escritura de Annie Ernaux, quien a sus 82 años recibió el premio nobel de literatura 2022. Y es que, como lo señaló la Academia Sueca en su anuncio del pasado 6 de octubre, sobre las razones por las cuales se le otorga esta distinción: “por el coraje y agudeza clínica con la que descubre las raíces, las rarezas y restricciones colectivas de la memoria personal».
Y no es para menos. Sus libros están cargados de una honestidad que incomoda. Esta escritora, que desde 1974 viene publicando, se ha caracterizado por su escritura autobiográfica, desencarnada, sin contemplaciones. Ha hecho de su vida una obra maestra en la que, sin tapujos, ha escrito sobre distintos eventos que han marcado su existencia.
Sin florituras, cuenta el ascenso social de sus padres (La place, La honte), su adolescencia (Ce qu’ils disent ou rien), su matrimonio (La femme gelée), su aborto (El acontecimiento), la enfermedad de Alzheimer (Je ne suis pas sortie de ma nuit) y después la muerte (Une femme) de su madre por cáncer, en el lenguaje normando y campechano de su vida hasta los 18 años.
De esa forma, con una escritura sencilla y marcada por el Yo, Ernaux nos conduce, sin tapujos ni sentimentalismos, a compartir, en lo más hondo, las experiencias y emociones más intransferibles de una mujer, que gracias al talento literario de la autora se convierten en vivencias universales.
Historia escalofriante
Un ejemplo de ello es cuando, en 1952, su padre quiso matar a su madre un domingo de junio, a primera hora de la tarde. Años después, esa escena se le presenta a Ernaux tan diáfanamente cruel como el día en que la vivió. Como en tantas otras familias, sus padres, que se odian entre sí, adoran en cambio a la niña, por lo que, mientras pasan los días y el olvido invade el hogar, el recuerdo de aquel domingo parece convertirse en un mal sueño. Esa escena cambió para siempre a la autora: aquella niña y su familia «habían dejado de ser gente decente», y todo había pasado a ser vergonzoso.
Esta es la historia de una de sus novelas más emblemáticas: La vergüenza.
Sin embargo, Ernaux se dio a conocer con El lugar —ganadora del Premio Renaudot en 1984—, una narración intimista, descarnadamente autobiográfica, que abre mediante la escritura un camino hacia el conocimiento del ser humano.
Pero quizás uno de sus libros más polémicos fue El acontecimiento. Allí cuenta que, en octubre de 1963, mientras se encontraba en Ruán estudiando filología, descubre que está embarazada. Desde el primer momento no le cabe la menor duda de que no quiere tener esa criatura no deseada. En una sociedad en la que se penaliza el aborto con prisión y multa, se encuentra sola; hasta su pareja se desentiende del asunto. Además del desamparo y la discriminación por parte de una sociedad que le vuelve la espalda, queda la lucha frente al profundo horror y dolor de un aborto clandestino.
Antes de recibir el nobel, ya había sido aclamada por escritores de la talla de Emmanuel Carrère, Virginie Despentes, Édouard Louis o Didier Eribon por su reivindicación política de intimidad.
Sobre su galardón, la escritora expresó lo siguiente: “Lo considero un gran honor y, a la vez, una gran responsabilidad, una responsabilidad que se me otorga con el premio. Es decir, de manifestar una forma de equidad, de justicia, en relación con el mundo”.