Huracán Julia
La vulnerabilidad del país ante fenómenos climáticos extremos volvió a quedar en evidencia durante la semana anterior y especialmente en el fin de semana. Aunque es claro que en casos como los del huracán Julia, que azotó la zona costera del caribe y especialmente la Isla de San Andrés, cualquier esfuerzo preventivo se verá como insuficiente, con la recurrencia nunca vista anteriormente. El cambio climático que está ocurriendo en el mundo, ha empezado a pasar factura a los países en proceso de desarrollo como el nuestro. En cuestión de horas, empieza a generar daños y estragos a la población residente en dichos territorios. Las emergencias de inundaciones y daños a la infraestructura productiva se están presentando en otros puntos de la geografía, como se reflejan en algunos departamentos, donde la intensidad de las lluvias no disminuye; esta realidad ha quedado, una vez más, dolorosamente expuesta. Tras un año con promedios de lluvias bastante altos, los últimos días han estado pasados por agua en casi todo el país.
Coincidió con la temporada de lluvias con el paso del mencionado fenómeno meteorológico por la costa Atlántica. Lo anterior, generó con su coletazo, fuertes aguaceros en la región, afectando a los departamentos de esta región caribeña. Procede, entonces, un llamado a la solidaridad de todos los colombianos con las familias damnificadas. El Gobierno nacional, prepara el envío de ayuda humanitaria, esfuerzo que debe complementarse con lo que provenga de la generosidad de la ciudadanía. Así mismo, hay que recordarle al resto de las autoridades locales de Colombia, su papel crucial en la prevención de catástrofes, haciendo cuanto esté a su alcance para que las fuertes lluvias y sus consecuencias no se traduzcan en tragedias. Urge, como todos los años, revisar planes de evacuación, evacuar áreas en riesgo, realizar simulacros y monitorear constantemente los cauces de los afluentes para alertar con anticipación suficiente si se presentan represamientos que luego puedan derivar en avalanchas.
El Instituto de Hidrológica, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) recomendó extremar medidas. Julia se dirige a una velocidad de 120 kilómetros por hora y se dirige a la costa de Nicaragua, luego de atravesar las Islas de San Andrés y Catalina. Los desastres naturales y las tragedias que llegan en muchos países del mundo con ellos tienen una triste elocuencia. Mientras la humanidad se desgasta en debates, a menudo manipulados y estancados, las imágenes de otras regiones del mundo, que han sido afectadas por esta clase de fenómenos climáticos, muestran la crudeza y una radiografía preocupante por las afectaciones que han padecido miles de familias en dichos países recientemente. Estamos en emergencia climática. No estamos, ni cerca de estar listos para evitar sus peores consecuencias. La naturaleza pone a prueba la capacidad del país para mitigar consecuencias de eventos extremos.
