DIARIO DEL HUILA, SALUD
Actualmente las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en el mundo. El covid-19 aumentó el número de personas con enfermedad cardiovascular debido a las consecuencias que dejó en algunos pacientes que padecieron el virus.
Los últimos días se revelaron los resultados sobre la investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre la relación que tiene la muerte súbita cardíaca con la infección por covid-19. El doctor Miguel Ángel Zuleta, cardiólogo de la Clínica del Occidente, explicó que se trata de un estudio tipo registro con el que se espera determinar el comportamiento de cierta enfermedad bajo algunos criterios de observación.
“Somos una de las instituciones escogidas por la Federación Mundial del Corazón para tomar registros de la población con covid-19 y enfermedades cardiovasculares. Aunque esa labor no ha terminado, se ha demostrado que hay una relación importante de enfermedad tromboembólica (formación de un coágulo que impide la circulación normal de la sangre) en múltiples sistemas arteriales como el coronario (del corazón) o el pulmonar, asociado al covid-19 en pacientes con una presencia alta de virus en la sangre y que no tienen la vacuna”, explicó el especialista.
La OMS ha encargado al equipo de estudio de la Federación que continúe reclutando hasta 3.300 pacientes, con el fin de proporcionar información valiosa sobre las tendencias temporales en las características clínicas del covid-19 y el impacto de la vacunación contra este virus en los resultados clínicos y la mortalidad general. “De esta manera mejorará nuestra comprensión de las causas específicas de la muerte súbita cardíaca y su relación con la infección por covid-19”, comentó el doctor Zuleta.
¿Qué es la muerte súbita cardiaca?
La muerte súbita es la parada cardiaca que se produce de forma inesperada y repentina en personas que aparentemente tienen un buen estado de salud. Concluye con el fallecimiento del paciente si no recibe asistencia médica inmediata.
Se desencadena principalmente por una arritmia cardiaca, especialmente fibrilación ventricular, pero también taquicardia ventricular y, con menos frecuencia, bradicardia.
En aumento con la pandemia
En Colombia la enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad, especialmente la coronaria isquémica (producida cuando se obstruye una arteria del corazón) que está asociada a factores de riesgo como: la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo y el sedentarismo, entre otros. El doctor Miguel Ángel Zuleta resaltó que – en especial durante la pandemia – la inflamación y la formación de coágulos inducidos por el covid-19, aumentó la prevalencia de enfermedad cardiovascular trombótica, desencadenando una epidemia de malestares del corazón.
Actualmente la enfermedad coronaria que, debido al impacto social y a los altos índices de mortalidad, se ha convertido en un problema de salud pública, tiene una mayor incidencia en los hombres entre los 55 y 60 años de edad, mientras que en las mujeres la presencia de la enfermedad aumenta después de los 65.
“Las comorbilidades cardiovasculares en las mujeres son más agresivas y el nivel de mortalidad es mayor, sin embargo, los factores de riesgo que influyen en la posibilidad de que una persona padezca este tipo de enfermedades consiste más en el consumo de tabaco, obesidad, sedentarismo, colesterol elevado y antecedentes familiares”, sostuvo el doctor Zuleta.
Con lo observado en los últimos años se ha demostrado que los pacientes con enfermedades cardiovasculares tienen mayor riesgo de mortalidad ante un posible contagio por covid-19, ya que este virus tiende a comprometer órganos como el corazón, los pulmones y las arterias, entre otros.
Prevención
Pese a que esta situación se enmarca en un virus que es medianamente fácil de contraer, la muerte súbita puede estar relacionada con otras patologías que pueden ser prevenible.
Es así como se ha descubierto que la mejor forma de reducir el riesgo de padecerla es actuar sobre los factores de riesgo cardiovascular. Estos son los consejos básicos:
Controlar el colesterol elevado.
Vigilar la hipertensión arterial.
Evitar el sedentarismo y practicar ejercicio.
No fumar.
Evitar el sobrepeso y la obesidad.
Controlar la diabetes.
Seguir una dieta sana y variada.
No consumir alcohol.
Ruiz Granell subraya la importancia de identificar a los pacientes en riesgo. Por ejemplo, los programas de atención al infarto de miocardio, el llamado código infarto, son “fundamentales para evitar el daño del corazón y posteriores sucesos arrítmicos. Asimismo, añade que para aquellos que han sobrevivido a un infarto de miocardio o que padecen una miocardiopatía, se dispone de “marcadores bastante fiables; el más importante es la función del ventrículo izquierdo: cuando está gravemente afectada, el riesgo es elevado y debe plantearse la conveniencia de implantar un desfibrilador”.