Por: Gerardo Aldana García
Luego de las elecciones cafeteras en Huila celebradas entre el 11 y 12 de septiembre del año en curso, el sector se prepara para lo que, en noviembre próximo puede llegar a ser la ratificación en el cargo de Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila en la persona de Jorge Enrique Montenegro o la designación de un nuevo dirigente que será responsable de conducir los destinos del más importante gremio económico del Departamento, en donde cerca de 83.000 familias cultivan el grano en aproximadamente 144.000 hectáreas que llenan de color y aroma las montañas fértiles de la tierra opita, en una alternancia de cosecha y traviesa en los 35 municipios con vocación productiva del tan apetecido fruto.
Los seis miembros elegidos para la directiva del Comité Departamental, con apoyo y consenso, se espera, de sus suplentes, tienen bajo su autonomía y responsabilidad tomar la decisión de si sigue el Biólogo Montenegro o si su silla recibirá un nuevo ocupante. Menuda tarea la de los dirigentes cafeteros: Gerardo España, Roberto Achicue, Joaquín López, Magali Cubillos, Teodoro Ossa y Guerli Zambrano, quienes, creo deben estar recibiendo diferentes tipos de propuestas para inclinar su voto en favor de uno u otro de los aspirantes que ya integran la baraja de candidatos. La dinámica cafetera del Huila, como en Colombia, no es ajena a las presiones políticas, por tratarse de un sector que al generar notables ingresos para la economía regional y nacional, concede al ejecutivo que asume la gerencia, la facultad de toma de decisiones que pueden incidir sensiblemente en los panoramas políticos en donde llegar al cafetero, al campesino con inversiones focalizadas, granjea beneficios electorales como el que vendrá en octubre de 2023 cuando se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles. Es sabido que toldas políticas presentes en Huila ya tiene candidatos para el cargo cuales son los casos de Cambio Radical desde la casa de los González Villa y del Partido Liberal desde la casa Villalba Mosquera, entre otras. Pero al mismo tiempo existe el inembargable y connatural derecho de los cafeteros a decidir de forma libre sobre los intereses que atañen efectivamente a los productores y sus familias.
El hecho es que un cargo de la envergadura del Director del Comité de Cafeteros debe tener, además de los inexorables atributos asociados a formación académica, experiencia administrativa, conocimiento del sector y liderazgo en el mismo, magníficas relaciones con la clase política de la región y mucho mejor si también lo es a nivel nacional toda vez que, mediante las entidades públicas con injerencia de los políticos en senado, cámara y asambleas, se canalizan proyectos y recursos que unidos a los inherentes del sector cafetero, permiten consolidar inversiones de más y mejor impacto en las comunidades cafeteras, como por ejemplo, lonas para recolección del grano, mejoramiento de viviendas, mantenimiento de vías en zonas productoras, realización de ferias comerciales, etc. La capacidad gerencial del director del sector debe integrar estratégicamente los beneficios y expectativas de los diferentes actores que confluyen en la economía cafetera. Se trata de una alta dirección que debe aprovechar, mantener y acrecer las condiciones que el Huila ha venido construyendo durante más de once años para ser el mayor productor de café del país, lo cual debe pasar por la atención de prioridades sensibles como son: aumentar la densidad de siembra con el propósito de elevar la producción. Creación de laboratorios de suelos portátiles en procura de conseguir una fertilización adecuada. Aplicar tecnologías de secaderos solares, y por supuesto, no aflojar en los temas de aumento de calidad y rentabilidad que configuran variables de mejoramiento incesante.