Una idea que surgió hace 35 años en la administración del primer alcalde elegido por voto popular en Neiva, Jairo Morera Lizcano se concretó diez años después y por estos días está celebrando sus bodas de plata empresarial, con el paso del tiempo se ha convertido en la Central de abastecimiento más grande del surcolombiano, eso es Surabastos. Algunos de sus fundadores contaron su experiencia a Diario del Huila.
Al calor de un tinto en la propia sede en el sur de Neiva, dialogamos con algunos de los fundadores de Surabastos que, como idea de mejorar el microcentro de Neiva, le surgió al alcalde Jairo Morera Lizcano, labor que le encargó a Carlos Tobar un hombre aventajado para su época.
“Para hablar de esta empresa que se ha crecido, tenemos que devolvernos 34 o 35 años, remontarnos al primer gobierno elegido por voto popular, el alcalde Jairo Morera Lizcano, pensó en construir un centro de acopio para los mayoristas de víveres y abarrotes en pro de mejorar la movilidad en el centro de Neiva, transitar por allí era todo un lío”, expresó Ramiro Lara que era un joven veinteañero por aquellos tiempos.
Los comerciantes de la época para recordar algunos; “Napoleón Peña, Enrique Gómez, Hernando Quesada, Héctor Sánchez, José Ayala, Cielo de Ayala, Pedro Montoya y otros que se me escapan fueron convocados a las primeras reuniones en el auditorio del Banco Ganadero, no existía ni sociedad, ni muchos menos el lote en dónde se iba a construir y desarrollar el proyecto”, añadió.
Poco a poco se fueron sumando otros comerciantes a medida que se iba cristalizando la idea que puso en marcha “el flaco con pantalones”, como le decíamos al asesinado alcalde Gustavo Penagos, comenzamos con la invención de una venta de acciones en la que cada comerciante tenía que adquirir una acción por metro cuadrado de acuerdo al tamaño de la bodega que quería tener. “Así reunimos un capital inicial cercano a los $100 millones, quién lo aterrizó fue una persona muy brillante, Carlos Eugenio Tobar, viajó por el mundo y miró modelos de Barcelona en España, Centroamérica, Brasil y con base en esas experiencias plasmó la maqueta y los planos de Surabastos y nos encantó”, nos enamoramos del proyecto, comentó.
Los inicios
El paso siguiente fue conseguir el terreno; “nos vinimos a conocer este terreno que era una finca arrocera de la sociedad Blanco Cabrera, en la casa en donde hoy funciona la Administración, el alcalde se inventó una ternera a la Llanera y paseamos la finca, producto de ese evento se logró convencer a la familia Blanco Cabrera de negociar 30 hectáreas que era el área del terreno. La sapiencia de Carlos Eugenio Tobar consiguió un buen precio, plazo y que de paso parte del pago se hiciera en acciones, los volvió socios del proyecto”, contó.
“El proyecto apenas se desarrolló en un 60% a como fue concebido, que es el área en donde ahora funciona Surabastos y se cedió el lote en donde funciona la plaza minorista Mercaneiva”.
Para Ramiro Lara, hablar de Surabastos es hablar de su vida, “Se le eriza la piel”, recordar cada paso que se ha dado y del que ha sido testigo, como la firma de las escrituras, cómo pasaron de tener un chorrito de agua a poseer un acueducto propio, ser recicladores para contribuir al mejoramiento del medioambiente, mejorar las vías de acceso, entre otros.
«Lara Larita», como es conocido en Neiva y Surabastos, Ramiro sostuvo que lo que más resalta y quiere que se conozca es que en este gran centro comercial de alimentos, lo que más se valora es el capital humano.
«Aquí el que esté dispuesto a trabajar tiene una oportunidad, muchos han llegado como empleados o como parte de la sociedad que necesita resocializarse y aquí les abrimos las puertas, ver crecer a muchos desde abajo hasta llegar a ser propietarios y empresarios es algo que no tiene precio”, concluyó.
Otros fundadores
Nelson Ciceri, comerciante de panela, es otro de los empresarios que creyó en el proyecto y emprendió lo que en su momento fue toda una aventura, salir de su zona de confort en el sentido que los clientes ya sabían dónde ubicarlo.
“Nos vendieron la idea, nos dijeron que era mejor acá, entonces compramos la bodega y nos vinimos. No fue nada fácil, esto era muy solo, ahora es que ha ido cogiendo fuerza, no había vías, carecíamos del servicio permanente de agua, eso le generaba a la gente pereza de venir, pero se fueron acostumbrando. Lo que se debe mejorar más es el servicio de transporte público, que haya rutas a todos los barrios».
Ciceri, manifestó que la situación del comercio está dura para todos, «antes se ganaba buena plata, ahora se hace como para subsistir y además la costumbre al trabajo es la que nos sostiene”.
Para Nelson Ciceri, igual que para quienes llevan veinticinco años laborando en Surabastos es parte de la vida, por eso él, al tiempo que vio crecer a los hijos mientras sucedía lo propio con los negocios, los prepara para que lo sucedan, “ellos me acompañan, el menor tiene 26 años y saben del negocio”, cerró.
Pedro Montoya es otro de los comerciantes que ha visto crecer el centro mayorista de acopio de perecederos en Neiva, llegó convencido por quienes se metieron de lleno en el proyecto.
“Por allá en el año 98 nos vinimos para acá, estábamos en el centro, en la calle 7 con carrera 2, el proyecto venía andando y cuando nos vinimos ya era una realidad. Tocó comenzar prácticamente de ceros, trabajar para sacar adelante esto, era una inversión que habíamos hecho y una de dos lo sacábamos adelante o lo dejábamos morir y perdíamos la inversión”, sostuvo.
La mejor idea fue levantarlo, pues con el señor Napoleón Peña, quien fue el que nos motivó, «hoy por hoy estamos solidificados, sostuvo, al tiempo que recordó como a la par crecía la familia, los hijos estaban pequeños y fueron el motor para sacar adelante esto, en eso ellos estuvieron muy comprometidos, toda la familia, mejor dicho y lógicamente los clientes”, sostuvo.
Aquí permanecemos doce horas del día, entonces es prácticamente la vida nuestra, al menos la mía, yo a la casa, voy es a dormir nada más y aprovecha para hacer una invitación para mantener vivo el proyecto, ya que se ha sostenido en estos 25 años que estamos celebrando.