Por: Luis Alfonso Albarracín
El gobierno del presidente Gustavo ¨Petro Urrego, ha venido desarrollando estos talleres comunitarios en las regiones, denominados Diálogos Regionales Vinculantes, acompañados de su equipo ministerial, quienes han estado atentos a las diferentes intervenciones sobre las problemáticas que padecen dichos territorios. Esto va a servir de insumo para estructurar el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, que va a ser colocado a consideración del Congreso de la República en el primer semestre del próximo año para sus respectivos debates y por consiguiente para su aprobación. Es importante que dichas iniciativas sean incorporadas en dicho plan. Sino ocurre lo anterior, se convertirá en una simple retórica barata de funcionarios y lideres de la región, que solo buscan figurar en dichos eventos.
El próximo sábado 5 de noviembre se llevará en Pitalito el diálogo regional vinculante programado por el Departamento Nacional de Planeación, con el fin de escuchar a todos los actores de la vida pública del departamento, para estructurar las iniciativas que se van a incorporar en la construcción del Plan Nacional de Desarrollo. Se va a convertir en la hoja de ruta del accionar gubernamental del presidente Gustavo Petro Urrego durante el presente cuatrienio. Es importante que los asistentes presenten proyectos de alto impacto para mejorar las condiciones de bienestar de las familias huilenses. El Huila ha estado divorciado de las grandes decisiones que se toman en el ámbito central del gobierno nacional en otrora. Frente al desarrollo económico que han tenido otras regiones del país, cuando se recorre dichos territorios, podemos comprobar que se han ejecutados mayúsculos proyectos de inversión gracias a la gestión de sus congresistas, que han liderado y exigido de manera unificada y contundente la focalización de la mirada gubernamental para que sean plasmados en la realidad.
Desafortunadamente los huilenses han padecido de este viacrucis. Hemos sido víctimas de la mirada indiferente de los gobiernos de turno que, durante las dos últimas dos décadas, no hemos corrido con buena suerte. Ha faltado más empuje de los congresistas que hemos tenido. Ahora que se va a construir este plan nacional de desarrollo, debemos aprovechar la ocasión para que sean incorporados de verdad, dichas iniciativas. No puede volverse una lista de mercado, como tradicionalmente han ocurrido en otrora. Debemos convertirnos en veedores permanentes para que nos cumplan. Obras como la terminación de la Ruta 45, las vías que nos comunican con los departamentos vecinos, vías terciarias, construcción de Petars en todos los municipios, recuperación y preservación del macizo colombiano, fortalecimiento del turismo, fortalecimiento de las Tics, fortalecimiento de la infraestructura productiva, canales de riego, agricultura orgánica, creación de cuatro centros de biotecnología en cada una de las sedes de la Universidad Surcolombiana, fortalecimiento de laboratorios y centros de investigación para la creación de patentes, seguridad ciudadana, salud, educación, entre otras iniciativas, que deben ser tenidas en cuenta. Debemos insertamos al contexto internacional. No podemos seguir pensando parroquialmente.
Existen serias dudas que están generando incertidumbre en la opinión pública. La financiación de éste obliga al gobierno nacional a ser creativo e innovador para obtener los suficientes recursos que conduzcan a cumplir con eficacia el plan de inversiones. Las condiciones macroeconómicas del país no son las más halagüeñas. Igualmente, el ámbito internacional nos puede afectar el cumplimiento de estos sanos propósitos.