Aníbal Charry González
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue fundada después de la segunda guerra mundial por 51 países que se comprometieron a mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida de los pueblos y los Derechos Humanos. Es decir, la Carta de las Naciones Unidas precisó como su objetivo de creación, actuar como policía benigno o médico en nombre de los pueblos y no de los gobiernos para preservar la paz internacional, reafirmando la fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana protegiendo la soberanía de los pueblos y condenando la intervención en los asuntos internos de los Estados miembro.
Pues bien: la Asamblea General de la ONU, la semana pasada aprobó una nueva resolución, que podríamos llamar enésima por su reiteración desde hace tres décadas, exigiendo el fin del embargo de los Estados Unidos contra el pueblo de Cuba, que es realmente el que ha sido perjudicado gravemente en sus derechos humanos y no su gobierno, con una votación abrumadora de 182 votos a favor y solo los votos en contra de Estados Unidos e Israel, reafirmando que “la continuación del bloqueo financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba, se basa más bien en el ejercicio del poder político y económico”, que yo calificaría de arbitrario por parte del país del norte como gran garrote e invasor de la soberanía e independencia de Cuba.
Un auténtico bloqueo criminal porque no se puede llamar de otra manera que ya cumple 60 años, que el canciller cubano Bruno Rodríguez ha dicho con acierto, que desde el año 2019 cuando el gobierno de Trump endureció las sanciones, esta política adquirió “una dimensión extrema, más cruel e inhumana, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas”, demostrativa de la inhumana intervención imperialista que ha despedazado los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas de proteger a ultranza los derechos humanos y prohibir la intervención en los asuntos internos de un estado, dejándolos en letra muerta para vergüenza del mundo, que muchos se preguntan si la ONU es verdaderamente efectiva para llevarlos a la realidad.
Porque hay que precisar que este bloqueo criminal que tiene que cesar inmediatamente como se ha reclamado en forma estéril, ha ocasionado daños a Cuba que se estiman en más de 150 mil millones de dólares, que se agudizó en el contexto del Covid 19 “ llegando a límites insospechados de crueldad al obstaculizar donaciones solidarias, tratar de entorpecer el desarrollo de las vacunas cubanas y limitar la prohibición de acceder a medicamentos e insumos básicos”, como también lo afirmó el canciller cubano. Más crueldad y violación de los derechos humanos del pueblo cubano, para imponer imperialmente un dominio político y económico, imposible. Y Pensar que el gobierno títere e insolidario de Duque en forma infame contribuyó a agravar la situación de Cuba al solicitarte al fascista Trump, que la incluyera como patrocinadora del terrorismo.