Aproximadamente unas cinco mil personas que viven en el corregimiento de Puerto Valdivia, en el departamento colombiano de Antioquia, serán evacuadas ante la inminente puesta en marcha de Hidroituango, que será la mayor central hidroeléctrica de Colombia, y la evacuación podría extenderse a otros municipios. Así lo señaló el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD), Javier Pava, en el Puesto de Mando Unificado instalado este sábado para evaluar el riesgo que corren las comunidades que se encuentran en las riberas del río Cauca, cercanas a la presa, ante la próxima puesta en operación de la hidroeléctrica que ha tenido varios problemas estructurales.
Según el director la recomendación de la UNGRD fue la evacuación de Puerto Valdivia y la definición de una serie de indicadores que permita ver cómo van evolucionando las condiciones de riesgo para saber si se amplía a los municipios de Tarazá y Cáceres. Explicó así que, “esta será una evacuación preventiva, no porque haya un riesgo inminente o porque haya un desastre, sino porque necesitamos tener la mayor tranquilidad y seguridad. Hasta que no se realice esa evacuación no se deben iniciar esas actividades que pueden generar un nivel de riesgo», agregó Pava.
Lo anterior, llega después de que esta misma semana el presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró que «antes de prender cualquier turbina en Hidroituango debe evacuarse la población en riesgo como medida de precaución que es un principio universal».
Igualmente, se ordenó al Servicio Geológico de Colombia revisar las condiciones del macizo sobre el que está construida la central y entregar un informe sobre su estabilidad. Cuando esté con sus ocho turbinas funcionando, Hidroituango tendrá una capacidad instalada de generación de 2.400 megavatios, equivalente al 17 % de la demanda de energía que tiene el país.
Los constructores de la obra confían en que el 30 de noviembre pueda entrar en operación la primera turbina de la presa que se levanta en el cañón de un macizo montañoso en la localidad de Ituango. La obra comenzó en 2010 y debía estar concluida en 2018 pero el derrumbe de un túnel de desviación del río Cauca ese año obligó a los constructores a inundar la sala de máquinas, que estaba casi terminada, para evitar que el agua destruyera el muro de la presa que entonces estaba en construcción.
Finalmente, esta megaobra no ha estado exenta de oposición, pues las comunidades de su alrededor, junto a organizaciones de la sociedad civil, han denunciado que la construcción de Hidroituango ha vulnerado derechos humanos, provocando desplazamientos de campesinos, e impactando la biodiversidad de la zona.