La sostenibilidad durante los últimos años se ha convertido en uno de los focos fundamentales en la industria de la moda. Es así como cada vez más las marcas se interesan por movimientos de economía circular o incluso por incursionar en el mercado de segunda mano. Recientemente, la cadena de tiendas Zara, del Grupo Inditex, anunció su programa piloto Zara Pre-Owned, una plataforma que busca alargar la vida útil de las prendas con estrategias como reventa, donación o reparación de las mismas.
Sin embargo, esta no ha sido la única firma que le ha apostado al negocio de segunda mano, ya que marcas como Levis, Urban Outfiters y hasta Balenciaga han incursionado en este mercado que, según el más reciente estudio de Boston Consulting Group (BCG) y Vestiaire Collective, tiene un valor estimado entre los US$100.000 y US$120.000 millones, representando entre 3% y 5% del sector global de ropa, calzado y accesorios. Ahora bien, de acuerdo con este mismo reporte, titulado ‘What an accelerating secondhand market means for fashion brands and retailers’, el mercado podría crecer entre un 20% y 30% en los próximos años. Incluso, puede representar el 27% de la moda que consumirá un comprador promedio en 2023.
Según los hallazgos del reporte se destacó que la Generación Z es la que más compra (31%) y vende (44%) artículos de segunda mano; seguido de estos se ubicaron los Millennials en estas categorías con niveles de 27% y 37% respectivamente. Por su parte, otras generaciones lo hacen en menor medida. Andrés Giraldo, managing director & partner de BCG, señaló que este tipo de tendencias se explican porque “el 40% de los compradores ven la ropa de segunda mano como su forma de consumir moda de manera sostenible”.
“Además, la variedad de productos sigue siendo importante y el segundo motivo del consumo de esta categoría. Si bien la mitad de los encuestados citaron la asequibilidad y el valor como la principal razón para comprar ropa de segunda mano, este número ha disminuido notablemente desde 2019 y 2020”, añadió.
Frente a el tipo de compra de los consumidores, el informe destacó que, en el 2020, la preferencia apuntaba en un 21% por tiendas de segunda mano, 74% optaba por realizar sus compras en el canal tradicional de retail y un 6% por alquiler. En 2022, la preferencia se ha centrado un 69% en el canal tradicional de retail, un 25% en tiendas de segunda mano, y un 6% en renta. Se espera que para 2023 la tendencia de consumo sea un 67% del canal tradicional de retail, un 27% del canal de segunda mano y que se mantenga un 6% en renta de artículos.