Harold Salamanca
Los primeros 100 días del nuevo gobierno, están enmarcados en un ambiente mundial donde la economía transita en el muy corto plazo hacia una recesión, factor que no permite realizar un balance claro sobre el comportamiento de la economía nacional frente a lo actuado por el gobierno, la incidencia de los actos y las declaraciones que acertada o desacertadamente el presidente y sus ministros lanzan a los medios de comunicación, que tranquilizan o llenan de nervios y desconfianza a la banca, a los inversionistas y empresarios nacionales e internacionales.
Si evaluamos las relaciones del gobierno con el Congreso de la República, podemos decir que, en tiempo récord logro el trámite y aprobación de los dos temas priorizados por el mismo en la agenda legislativa del año 2022, la reforma tributaria y la ley de paz total. La primera, golpeado de manera muy fuerte a los asalariados, y la otra, abriendo la puerta para segundas oportunidades a personas que se acogieron al proceso de paz reciente y que incumplieron sus compromisos. Dicho esto, queda evidenciado que, hoy cuenta con el respaldo de las mayorías, a cambio de burocracia, incumpliendo su promesa de cambiar las viejas y criticadas costumbres políticas arraigadas en el país.
En el manejo de las relaciones internacionales, evidenciamos que, de manera acertada restauro las relaciones políticas y comerciales con Venezuela, propuso al presidente Maduro el regreso de ese país al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). De igual manera, ha estrechado las relaciones diplomáticas de Colombia con Estados Unidos, logrando sintonizarse en temas claves, como el fortalecimiento de la política antidrogas y la transición energética.
El balance de los primeros tres meses en mi opinión, deja más buenas intenciones que la concreción de las mismas. Hay temas por resolver, como: Reducir los altos niveles de pobreza y desigualdad, la implementación de la Paz Total. También debe tramitar en el congreso la reforma al sistema de salud, la reforma agraria, la reforma al sistema financiero, que tendrán que abordarse escuchando a los actores, teniendo en cuenta aciertos y errores del pasado, tomado decisiones con objetividad y mesura. Como colombianos, indudablemente le apostamos y contribuiremos con lo que esté a nuestro alcance, para que al gobierno le vaya bien, la suerte del el, es la suerte y el futuro de todo el país.
