POR: Jorge Eliseo Cabrera Caicedo
En la columna anterior puse de presente el aparente conflicto que se percibe al interior del gobierno del Pacto Histórico entre la política fiscal ortodoxa, hasta cierto punto, propuesta por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público-MHCP y la política contestataria promovida desde el Ministerio de Minas y Energía- MME.
En el punto concreto de la celebración o no de nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo, se le podría atribuir al MHCP una victoria temprana si se consideran los siguientes factores:
- La reforma tributaria en vigor a partir el 1 de enero de 2023 establece una TASA EFECTIVA DE TRIBUTACIÓN- TET para la industria del petróleo, en particular para Ecopetrol S.A, que se calcula en un rango entre el 54% y el 55% en un escenario de precios altos, como consecuencia del efecto combinado entre la no deducibilidad de las regalías del impuesto de renta y la sobretasa al mismo impuesto de renta.
- Con esa carga impositiva sobre la industria petrolera resulta muy remota la posibilidad de que los diferentes actores de la industria se decidan a canalizar recursos de su “Capital de Riesgo” hacia nuestra jurisdicción pues, como lo reconoce Ecopetrol S.A, el incremento de la carga fiscal vía TET nos sitúa en “niveles no competitivos” frente a los mercados de los países competidores.
- Si a lo anterior se suma el hecho de que la geología colombiana genera riesgos considerables para el inversionista, (sólo uno o dos de cada diez prospectos exploratorios logra obtener la declaratoria de comercialidad por parte de la ANH), el resultado final será que así el MHCP gane inicialmente este pulso y se abra la posibilidad de suscribir nuevos contratos, la cantidad y calidad de los mismos será infinitamente inferior a lo requerido para mantener los niveles actuales de producción, (700.000 bpd), mucho menos para intentar alcanzar la anhelada meta del millón de barriles por día.
- Con el anterior panorama, ante la evidencia de los hechos, resulta forzoso concluir que finalmente el ganador de este pulso será el Ministerio de Minas y Energía, en tanto que en el mediano y largo plazo prevalecerá la política de DECRECIMIENTO para el sector de petróleo y gas, con grave perjuicio económico para las regiones y para el país.
- La otra “Genialidad” de la ministra de Minas, de importar gas de Venezuela, no obstante, los nuevos y prometedores hallazgos, significaría un CAMBIO de la tarifa básica domiciliaria de $32.000 a $150.000.
¿De dónde saldrán los recursos para financiar la transición energética y el gasto social?
¿Acaso será con el anunciado “Raponazo” o expropiación del ahorro pensional de millones de colombianos?
ADENDUM-
Vuelve y juega la promesa gubernamental del ferrocarril entre el pacífico y la Orinoquía. ¿Qué pasó con el tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla?