Producción de carbón en el país empezaría a declinar. Colombia, así como numerosos países del mundo, ha asumido compromisos de carbono neutralidad para 2050. Sin embargo, esto requiere una serie de acciones encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como la renovación de la matriz energética.
Colombia ya ha dado pasos para cumplir ese escenario, por ejemplo, en diciembre de 2021, se sancionó la Ley de Acción Climática que fija una serie de caminos para lograr este objetivo. Bajo este soporte, la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) estima dos escenarios para algunos de los países productores de carbón. En el caso de Colombia, la Agencia considera que, con las políticas actuales, en 2050 la producción caería 36% llegando a una producción total de 37 millones de toneladas para ese momento.
Sin embargo, el escenario más fuerte lo señala en el caso de las políticas anunciadas o propuestas, que llevaría a que decayera casi por completo la extracción de mineral hasta 3 millones de toneladas en 2050. Uno de los puntos que presenta el informe ‘World Energy Outlook 2022’ de la entidad es que en 2021 se vio un rebote en la producción de este mineral; no obstante, a medida que los países europeos declinen la generación térmica, esto tenderá a corregirse a la baja.
De esta forma según el informe publicado en noviembre, la reducción de la extracción de carbón en Colombia al 2030 caerá cerca de 35% en el escenario de políticas establecidas y en un 60% en el de las políticas propuestas. Durante ese mismo mes el presidente Gustavo Petro, en el marco de la COP27 que se llevó a cabo en Egipto, aseguró que el mundo debería transitar hacia el no uso de estos energéticos (incluyendo el petróleo), dado que sus consecuencias ambientales serían irreparables.
De hecho, ya promovió dentro de la reforma tributaria puntos específicos relacionados con la industria, lo que ha llevado a que se advierta que ‘asfixiarla’ muy rápido tendría consecuencias negativas en empleo e inversión. Finalmente, Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón, considera que una reducción a 2030 como estima la IEA es muy fuerte. “Los contratos actuales tienen no solo las reservas suficientes sino también unos plazos de explotación que en promedio superan los 12 años sin contar las prórrogas”, puntualizó.