A pesar de los ingentes esfuerzos gubernamentales para lograr la Paz Total en el territorio nacional, continua el escenario propiciado por algunos grupos criminales que no cesan su actuar violento contra la sociedad colombiana. Las regiones donde más se vive esta zozobra, son las que presentan mayores extensiones sembradas de sustancias sicoactivas, que se han convertido en el principal detonante y auspiciador de estas acciones que van en detrimento del bienestar general de la población. Desde gobiernos anteriores este panorama violento nunca ha cesado. Igualmente se siguen recrudeciendo estas masacres donde los afectados son las familias indefensas que desafortunadamente, son víctimas de la guerra sin cuartel que libran los grupos subversivos en el país.
Desde esta tribuna de opinión, condenamos este accionar violento de estas organizaciones que están generando horror y miedo en las familias colombianas. La sociedad se encuentra consternada por el atroz crimen a mansalva cometido por un grupo armado que ingresaron a una humilde vivienda en el barrio la Esperanza en jurisdicción del municipio de Orito, quienes dispararon salvajemente contra seis personas indefensas que se encontraban al interior de ésta. Fallecieron cinco personas y la sexta se encuentra en estado crítico en el hospital de esta localidad. Se desconocen los móviles de este hecho que enluta a los habitantes de este importante municipio petrolero del vecino departamento.
Dadas las circunstancias y la coyuntura actual como se presenta el conflicto armado en el país, que cada vía crece y que desafortunadamente es alimentado por el flagelo del narcotráfico que es un problema trasnacional y que supera el accionar propuesto por el actual gobierno, será muy difícil contrarrestar esta otra pandemia que corroe los cimientos de la democracia colombiana. Se convierte en una mayúscula preocupación para el ejecutivo nacional. No se puede bajar la guardia. Mientras exista demanda de narcóticos en el mundo, habrá oferta para satisfacer este mercado detestable que está afectando y destruyendo a las nuevas generaciones en el mundo. Solamente en Estados Unidos, han ocurrido más de 300 masacres durante el 2022. En el país han ocurrido cerca de 200 en lo que va corrido el año, de acuerdo con el Instituto de Estudios para El Desarrollo y la Paz (Indepaz) de Colombia. con este múltiple asesinato en el Putumayo.
Consideramos que estos eventos no pueden volver a seguir presentando en nuestro territorio. Igualmente, el gobierno nacional debe desarrollar una agresiva inversión social y de infraestructura para mejorar las condiciones de bienestar de los pobladores de esta localidad, que son noticia cuando suceden estos hechos trágicos. El Estado tiene una tarea para volver productivas a las zonas afectadas por el conflicto en el territorio nacional y para ello, se deben emprender acciones preventivas para evitar que vuelvan a suceder hechos parecidos.