Sobre las 2:30 de la mañana de Argentina llegó el seleccionado albiceleste.
Con Lionel Messi, cargando la Copa del Mundo, la selección argentina llegó el martes de madrugada a Buenos Aires, donde esperaban decenas de miles de aficionados para continuar los festejos por la tercera estrella de la albiceleste.
El avión con los campeones, aterrizó a las 02:40 de la madrugada hora local en el aeropuerto internacional de Buenos Aires.
Al ritmo del popular «Muchachos», el himno oficioso de Argentina en este torneo, cantado en la misma pista por el grupo «La Mosca Tse tse», Messi salió del avión levantando el trofeo junto al técnico Lionel Scaloni.
Recibidos con una alfombra roja en la pista, loa argentinos subieron al bus descapotable de dos pisos para dirigirse al cercano predio de entrenamiento de la selección, donde pasarán la noche antes desfilar por el centro de Buenos Aires.
Pese a la hora, una multitud se congregó al borde de la carretera y dificultó el avance de la caravana que tardó una hora y cuarto en recorrer los 11 kilómetros entre el aeropuerto y el predio de la AFA.
Aunque acababan de pasar largas horas en el avión, los jugadores se sumaron al festejo con brincos, bailes y cánticos, mientras se pasaban el trofeo unos a otros y lo enseñaban al público.
Con teléfonos móviles que iluminaban la negra noche, los aficionados seguían el recorrido del autobús con banderas argentinas, bengalas y fuegos de artificio y lanzando cartas y balones a los futbolistas.
«Es una emoción que no se puede explicar. Te salta el corazón. Creo que es el único país que lo vive de esa manera, con esta locura, alegría, felicidad», dijo a la AFP Alejandra Díaz, trabajadora de una guardería de 55 años.
Llegada de la selección argentina, EN VIVO:
«Mañana no se trabaja»
El plato fuerte de las celebraciones será el desfile de la selección por Buenos Aires hacia el mediodía que el gobierno argentino declaró feriado nacional para facilitar los festejos.
Pero muchos seguidores no quisieron esperar y pasaron horas esperando, provistos de sombrillas o guarecidos en automóviles y tiendas, entre el aeropuerto y el predio de la AFA.
Entre bombos, banderas argentinas y camisetas con la estampa del ’10’ Lionel Messi, familias enteras pasaron la noche tratando de hacerse un lugar para ver, aunque sea fugazmente, el paso de sus ídolos.
El Obelisco de la avenida 9 de julio de Buenos Aires ya congregó a más de un millón de personas tras la consecución del Mundial y será el epicentro de los festejos del martes.