Julio Bahamon
No es ninguna pera en dulce. Así nos lo advirtió el expresidente Álvaro Uribe cuando nos decía: “Ojo con el 2.022”, y también cuando afirmo que Gustavo Petro era muchísimo más inteligente que el sátrapa de Venezuela Nicolas Maduro, y de eso no nos cabe duda. Estamos viendo los pasos que viene dando, no se detiene ante nada. Si tiene que hacer ruido, lo hace pues es lo que más le gusta; romper los. Paradigmas. Todo está fríamente calculado. Por ejemplo: La reforma tributaria aprobada, supera en más de $7 billones a la presentada, en su momento, por el expresidente Iván Duque, y no paso nada, ahora nos anuncia que el año entrante presentará otra reforma tributaria para los departamentos que pondrá a pagar impuestos a quienes nada tienen, de lo contrario, deberán terminar como “gestores de paz”. Y el pueblo sigue hipnotizado y “apelotar gado”
A propósito, el señor ministro de Justicia afirmo que Álvaro Uribe y el mismo Juan Manuel Santos tuvieron en sus gobiernos gestores de paz. Pero, lo que no nos contó el jurisconsulto fue que, si los tuvieron, se trató de una clase distinta de ciudadanos que en nada se parecen a los sujetos que el actual gobierno quiere sacar de las cárceles del país. Aquellos, entonces, se sometieron a la ley, pero la primera línea de delincuentes que piensa liberar el gobierno conforma una horda de malhechores que atentaron contra la policía; en algunos casos, los vimos intentando quemarlos vivos dentro de los CAI, por lo que a varios de ellos la fiscalía los imputo de autores de delitos comunes relacionados con actos vandálicos ¿Ven la diferencia?
La inquietud y preocupación que tenemos, advierto que no es solo por Petro, sino por la conducta lenteja e irresponsable de los partidos políticos y de sus lideres que conforman la coalición de gobierno: liberales, conservadores, partido de la U, los Verdes, que por canonjías y gabelas se han plegado a los propósitos del presidente de la república. Paradójicamente, esos grupos y partidos no votaron por Petro en la segunda vuelta; pero ahora, son más Petristas que Roy Barreras, o Gustavo Bolívar. Su felonía no tiene antecedentes en la vida democrática de la nación. Razón por la que, en mi caso, me atrevo a decir que, si algo catastrófico llega a suceder en contra de las libertades y la vida republicana no hay que echarle solamente la culpa a Gustavo Petro,
El primer mandatario frecuentemente se sale del libreto oficial de la cordura, y entonces surge la otra faceta del líder populista afín a las ideas marxistas – Leninistas. ¡La insensatez!
La primera de sus muchas incoherencias estuvo centrada en eliminar las exploraciones de petróleo y de gas, y alcanzo a anunciar que compraríamos gas a Venezuela. La otra salida en falso se dio la semana pasada cuando dijo que las autopistas y vías de cuarta generación, 4G, son carreteras para los ricos. La tercera, la leímos atónitos cuando se comprometió a liberar a los vándalos de la primera línea, inclusive saltándose la ley, lo que llevo a los tribunales y jueces de Antioquia a exigirle al ejecutivo respeto al poder Judicial. La cuarta, va en la dirección de convertir a colombia en un narcoestado, a imagen y semejanza de lo que hicieron Chávez y Maduro en Venezuela.
Guardamos la esperanza de que cada día haya más colombianos que reflexionen a tiempo, antes de que sea demasiado tarde. Por vacaciones del autor esta columna no aparecerá en los próximos quince dias, reaparecerá el viernes 13 de enero del año entrante. Feliz navidad para los amigos y colaboradores.