El último Informe Planeta Vivo, publicado en septiembre de 2020, reveló datos alarmantes: a nivel global, el tamaño de las poblaciones de mamíferos, aves, peces, anfibios, y reptiles ha experimentado una disminución promedio del 68% en los últimos 50 años ¿cómo recuperarla?
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
Expertos de diferentes países y organizaciones están negociando el Marco Global de Biodiversidad Post 2020 para enfrentar la crisis de pérdida de biodiversidad; incluir un objetivo de este tipo plantearía una misión clara para la humanidad.
No es nuevo el hecho de que el mundo vive una grave crisis de pérdida de biodiversidad que está poniendo en riesgo la salud de la naturaleza y, por ende, de las personas que dependemos de ella. Para enfrentar esta amenaza, gobiernos del mundo entero con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil y otros actores clave, como las comunidades locales, están acordando una hoja de ruta de aquí a 2030 para garantizar que la naturaleza sobreviva.
En el pasado, el mundo se ha comprometido con metas para detener la pérdida de biodiversidad, que avanza a ritmos peligrosos. El último plan que se construyó en este sentido fue el Plan Estratégico de Biodiversidad y sus Metas Aichi, que tuvieron vigencia del 2011 al 2020 y cuyo cumplimiento fue muy difícil de medir. Al finalizar ese periodo, se llegó a la conclusión de que no se alcanzó completamente ninguno de los 20 objetivos, aunque seis se cumplieron parcialmente. Por ello, el mundo empezó la nueva década con grandes retos que enfrentar si quiere frenar la crisis.
En el encuentro en Kenia, se espera que aborden e incluyan en el plan los temas pendientes que son claves para garantizar que, a finales de 2030, la crisis de pérdida de biodiversidad se haya frenado, tales como la financiación adecuada y suficiente; un marco de implementación claro, y los mecanismos para desincentivar los subsidios peligrosos a la agricultura sostenible, entre otros.
El objetivo es que para 2030 el mundo deberá tener más naturaleza de la que tiene actualmente y que el mundo detenga y revierta la pérdida de biodiversidad, asegurándose que para 2030 la naturaleza esté en camino de recuperarse de manera visible y medible a partir de la mejora de la salud, la abundancia, la diversidad y la resiliencia de las especies, poblaciones y los ecosistemas.
El objetivo tendría como línea base el estado de las especies y ecosistemas en 2020 y le apuntaría a que, para 2050, la naturaleza se haya recuperado totalmente y las personas vivamos en armonía con el mundo natural.
La apropiación de tierras, la minería ilegal, el tráfico de madera, y el tráfico de fauna silvestre, son las principales causas de pérdida de biodiversidad, degradación del bosque y deforestación de la Amazonia y el Pacífico colombianos, dos regiones con una riqueza natural enorme, fundamentales para la lucha contra el cambio climático por sus bosques, y determinantes para el futuro de la humanidad.
