No fue suficiente el testimonio de su padre, y tampoco las cámaras de seguridad que dejaban en evidencia la placa de la moto en la que se movilizaban los fleteros, para que las autoridades lograran dar con el paradero de quienes le quitaron la vida a Marly Herrera Cortés de 26 años de edad, hace un año, cuando le hurtaron siete millones de pesos en el municipio de Pitalito. Las autoridades indicaron que a la joven la habían “marcado”.
DIARIO DEL HUIA, ESPECIALES
La justicia cada vez es más tibia en el departamento del Huila, o como lo dicen muchos ciudadanos, es como si los casos a los que las autoridades le van a ‘meter’ la ficha, fueran seleccionados a dedo.
El dolor, la injusticia y la impunidad son el diario vivir de una humilde familia del municipio de Palestina, que, por cuenta de la inseguridad, cuatro fleteros le arrebataron la vida a Marly Herrera Cortés de 26 años de edad en el municipio de Pitalito, cuando iba en compañía de su padre y asaltantes los despojaron de siete millones de pesos que tenían para consignar en una entidad bancaria el Valle de Laboyos.
El violento crimen ocurrió exactamente hace un año, cuando la joven y su padre llegaron al municipio a realizar una consignación y allí, cuatro sujetos en dos motocicletas los interceptaron, le dispararon a ella y además de arrebatarle la vida, lograron llevarse la gruesa suma de dinero.
“Había pistas suficientes, estaba la placa de la moto, había videos, había material para que ya hubieran dado con los responsables, incluso las autoridades ofrecieron recompensa, pero ni eso fue suficiente para que a la fecha este crimen estuviera esclarecido o por lo menos los responsables tras las rejas. Ya pasó un año y ni siquiera hay el más mínimo avance de la investigación, quienes llevan el proceso están como el primer día”, indicó al Diario del Huila un allegado de la víctima quien pidió reserva de su identidad.
Uno de los investigadores que en su momento hizo parte del caso, manifestó que, “hasta el municipio llegamos una comisión especial de la Sijin, con apoyo del CTI e incluso desde la Alcaldía de Pitalito se dispuso de una recompensa, hicimos un barrido, hablamos con testigos y se logró identificar las placas, pero del paradero de los sicarios no hubo rastro, en su momento se estableció que huyeron con destino al sur, es decir por los lados de San Agustín”.
Las pistas
Las motos en las que se movilizaban los fleteros fueron investigadas por las autoridades, eran dos motos de alto cilindraje de placas LVN 37D y GVS 83D, color negro, una de ellas con reporte de hurtada, y la otra sin mayores detalles.
Un video de una cámara de seguridad y otro que fue grabado por un testigo, hicieron parte de las casi 50 horas de grabación que analizaron los investigadores, para lograr identificar a los fleteros; pero en ninguno se logró conocer el rostro pues los cascos eran cerrados y la ruta que finalmente tomaron para escapar fue vía al Batallón de Infantería No. 27 Magdalena.
El padre de Marly Herrera Cortés, el señor Jaiber Herrera Narváez de 51 años de edad, pastor de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia (IPUC), sede Fundado en Palestina, (Distrito 21), resultó gravemente herido, estuvo varios días en el Hospital del municipio de Pitalito, hasta que finalmente logró reponerse de las heridas.
El haber estado en la escena del crimen lo convirtió en fuente fundamental en lo sucedido, narró a las autoridades en su momento como sucedió todo y suministró la información pertinente con el fin del esclarecimiento del homicidio de su hija, pero a la fecha no ha habido justicia.
De acuerdo con el relato del adulto, “el proceso bancario se pretendía realizar en almacenes Éxito, sin embargo, no fue posible porque hubo fallas en el sistema; ante eso nos desplazamos hasta el barrio San Andrés, de Pitalito, para cumplir con una cita médica de mi hija, y es allí cuando dos sujetos en moto nos abordan, nos intimidan con armas de fuego y van directo por el bolso donde iba el dinero, ella pone resistencia y los fleteros no lo pensaron dos veces y empezaron a disparar”, narró el pastor Jaiber Herrera.
“Los marcaron”
El entonces comandante del Departamento de Policía Huila, el coronel Harold Barrera indicó que, lo más posible era que a las víctimas las habían “marcado”, “ellos, según el relato del padre, llegan a consignar el dinero en determinado sitio, pero pasó algo que no pudieron hacerlo, salen del lugar y poco antes de llegar a su próximo destino es cuando son interceptados, muy probablemente los fletaron los marcaron, y así es como perpetran el hurto y posterior homicidio”.
Millonaria recompensa
El alcalde Edgar Muñoz, en un primer comunicado, anunció el pago de $10 millones de recompensa, para la persona que aportara información que permitiera dar con el paradero de los implicados.
Horas más tarde en un segundo comunicado, triplicó la suma, anunciando así el pago de $30 millones, “no vamos a descansar hasta dar con el paradero de los homicidas, no vamos a permitir que la delincuencia se apodere de nuestro municipio; lo sucedido en el caso de la joven asesinada es inadmisible, y les debe caer todo el peso de la ley”, precisó el mandatario de los laboyanos.
No es un secreto que este es uno de los municipios del Huila más golpeados por la violencia y la delincuencia. Para la fecha de lo sucedido, de acuerdo con datos registrados por este medio de comunicación, se tenía un alza del 29% en el delito de homicidio, al reportar 22 hechos de sangre para el primer mes del año 2021.
Sin embargo, esto no fue tentativo, no hubo celeridad, no hay avances y al parecer este crimen como muchos otros en la región pasarán a la impunidad.
Marly pertenecía a una iglesia cristiana de la cual su padre era pastor, era oriunda de Palestina y le apasionaba la música, alternaba sus servicios en el templo con sus estudios y sus amigos y familiares la recuerdan como una joven noble, llena de sueños y metas por alcanzar.
Hace poco que se cumplió el año de su homicidio, algunos de sus amigos y allegados realizaron manifestaciones en redes sociales rechazado lo sucedido y exigiendo justicia.
