Julio Bahamon
¡El Estado soy Yo!, lo afirmo Luis XVI, quien acuño la frase de que, “él era el astro al que todos le deben la vida”, versus la del presidente Petro, que pregona que, “su gobierno es: “una potencia mundial por la vida “. Que tal, ¿ah?, en un país en donde solamente el año pasado ocurrieron más de 12,300 homicidios, es decir, a una tasa diaria de 35 muertes violentas, sin que conozcamos información de los asesinatos no denunciados, no puede ser una “potencia mundial de la vida”. ¡¡¡Puras marrullas!!!
En 193 años de vida republicana Colombia no ha estado tan cerca, como hoy, de soportar un gobierno autoritario, absolutista y errático como el que tenemos. No es un gobierno cualquiera. Es un régimen cuyo instigador ha vivido toda su vida dedicada a destruir la democracia de este país y con la idea de hacer un “cambio” hacia lo desconocido. ¡Un verdadero salto al vacío!, ya que ni las Farc, ni el ELN, ni el M-19, ninguna de esas organizaciones al margen de la ley hizo nada, en más de 60 años de revolución, a favor del pueblo colombiano. No podemos seguir con eufemismos tratando de hacer negación de la realidad que estamos viviendo
Todos los mensajes del ejecutivo tienen un solo propósito, aparentar ser el bueno y borrar de un solo tajo la historia de este país.
No hay un plan serio de desarrollo, porque todo lo que viene haciendo con sus asambleas regionales vinculantes son una patraña. Ha puesto al país a “botar” corriente sobre las necesidades de cada región, a quienes les han dicho que lo que en esas asambleas populares le piden al gobierno serán incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo, cuando nada de eso es verdad. Puros embustes. Petro muchas veces yerra con sus propuestas, como la de construir un tren elevado desde el puerto de Buenaventura hasta Barranquilla, teniendo en cuenta que durante la campaña electoral lo que dijo fue, que ese tren elevado lo llevaría desde el principal puerto sobre el pacífico hasta Puerto Carreño en el Dpto. del Vichada. Una propuesta fantasiosa y delirante. Todas esas ocurrencias necias tienen una razón: El gobierno solo tiene discursos anuncios y promesas porque no existe un plan de implementación, no cuenta con un equipo Gerencial capaz de implementarlo
El gobierno del pacto histórico no sabe en materia de desarrollo económico hacia dónde va, cada vez que el presidente habla, sus amigos lo contradicen y sus antiguos socios lo desmienten, como ocurrió con lo expresado por el mismo presidente Gustavo Petro con su decreto de cese al fuego “bilateral”, decreto que fue refutado por los voceros negociadores del ELN. Increíble fue ver al ministro de gobierno reculando con el decreto de marras, y luego, lo vimos implorándole al ELN que decretaran un “cese al fuego”. ¿De qué paz se está hablando cuando existen 29 estructuras de las Farc beligerantes en igual número de departamentos del país? ¿Y cuando los cultivos de coca los manejan a su antojo los carteles que continúan alimentando la guerra contra las libertades y el estado de derecho?
Los colombianos somos los únicos seres del planeta que podemos ser capados dos veces y hasta tres. La Paz de Juan Manuel Santos fue toda una farsa que sirvió para resolverle una situación personal a los jefes de esa organización narcoterrorista, pues el 80% de sus miembros se apartaron del acuerdo y continúan bajo órdenes de Iván Marques y de Gentil Duarte delinquiendo. Y ahora Petro los vuelve a llamar.
Por esa razón debemos ponerles atención a las próximas elecciones, uniendo voluntades para elegir a ciudadanos probos, honestos, experimentados y reacios al delito, para las gobernaciones y principales alcaldías en todo el país.