Se acerca el final de las vacaciones y para los niños puede resultar estresante volver a retomar rutinas y hábitos para el regreso a clases. Esto puede provocar tristeza, apatía, ansiedad e irritabilidad, síntomas del síndrome posvacacional. Si esto avanza, puede manifestarse a través de dolores físicos.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
El síndrome postvacacional es una respuesta emocional del niño ante la llegada de la escuela con sus deberes impuestos y sus rutinas estresantes. Hacer buen uso del tiempo disminuye la ansiedad y mejora la armonía familiar.
La expectativa de madrugar para ir a clases después de pasar horas haciendo los que más les gusta resulta temible. Lo cierto es que los niños y su enorme capacidad de adaptación logran superar el obstáculo sin mayores problemas. Sin embargo, no está de más echarles una mano.
De acuerdo con los especialistas, este conjunto de manifestaciones: tristeza, apatía, ansiedad e irritabilidad, se le denomina síndrome posvacacional que, de avanzar, puede evidenciarse a través de dolores de cabeza, de estómago o dificultades para dormir.
Causas
Si los niños rechazan a las primeras la imposición de rutinas, buena parte de la responsabilidad recae en los padres. Son estos los actores fundamentales en el control de los elementos que componen el día a día familiar.
Un porcentaje será atribuible a la personalidad del niño. Otro corresponderá a la estructura de la familia, el estilo de los padres, los conflictos escolares, los problemas de salud o el bullying, como factores estresantes. Los mayores han de estar atentos para descartar algunos de estos signos, dada la dificultad de los niños para explicar lo que les pasa.
Con regularidad vemos las consecuencias, pero no las causas, que llegan a ser múltiples y complejas. Una forma de descarte es tener la seguridad de haber hecho lo mejor posible en el mantenimiento de pautas, normas y condiciones armónicas.
¿Cómo manejarlo?
Como en muchas otras situaciones conflictivas, la comunicación es la clave para iniciar el camino a la solución. Romper el silencio, el ostracismo y traspasar el muro que levantan el mal humor y la ansiedad deriva en un bálsamo que alivia las tensiones. Llegar ahí no es fácil.
Ante los signos del síndrome postvacacional en niños (presentan irritación y serias negativas a practicar el régimen de las rutinas) lo primero es no forzarlos ni recriminarlo. Lo indicado es hacerlos copartícipes de las responsabilidades que se avecinan en el nuevo periodo escolar.
Dar con las causas
Dar con los factores que están produciendo el trastorno es un primer paso en el camino a superar el síndrome postvacacional en niños. Revisar los horarios de descanso, de juego y de responsabilidades, y actuar en el caso de que se solapen.
Si al pasar revista al interior de la familia no se advierten mayores contratiempos, tal vez la causa esté afuera. El niño tendrá dificultades para llegar a las palabras si lo afectan personalmente. Lo indicado es dirigir preguntas sobre compañeros y maestros, sobre el día en la escuela, lograr que represente o dibuje escenas escolares. Cualquier mecanismo de expresión es válido.
En las vacaciones los adultos han estado la mayor parte del tiempo con los niños. La separación que trae el término de las mismas no será bien recibida.
Buscar la manera de acompañarlos, de llevarlos a la escuela y permanecer un rato y despedirse son maneras de crear puentes, hilos y redes. Así se logra que las transiciones no sean bruscas.
Recuadro:: Recomendaciones
- Restablecer horarios para dormir y despertar. Es importante ir ajustando el horario de las vacaciones con el del colegio, se puede hacer de manera gradual y con esto, se evitará que al iniciar clases se sientan cansados o irritables.
- Realizar un repaso general de los temas importantes del año anterior. Esto permitirá que los menores inicien con mayor confianza el periodo escolar.
- Involucrar a los más pequeños en la preparación de útiles y uniformes puede convertirse en una motivación adicional para el regreso a clases.
- Propiciar espacios de reencuentro con los compañeros. Poder socializar antes del regreso a clases, contribuirá a que sientan más entusiasmo por volver al colegio.
- Mantener algunos privilegios de las vacaciones. Ir a cine, montar bicicleta, salir al parque, son actividades que no deben acabar por el regreso al colegio.
Los profesionales de la salud resaltan que el estado anímico de los adultos es fundamental para que los niños regulen sus emociones y facilita su proceso adaptativo. “Aunque estas recomendaciones pueden ser útiles, lo más importante es la buena actitud de los padres; los niños aprenden por imitación y si los padres se muestran con actitud positiva, lograrán que el niño afronte con más confianza el regreso a clases”, dijo Angelica María Sánchez, Psicóloga Clínica y especialista en trastornos emocionales y afectivos.
Destacado: Dar con los factores que están produciendo el trastorno es un primer paso en el camino a superar el síndrome postvacacional en niños. Revisar los horarios de descanso, de juego y de responsabilidades, y actuar en el caso de que se solapen.